Monday, November 7, 2016

Pop Para Divertirse #1



Recuerdo mucho el naranja flúor de un videoclip que habita mis recuerdos. Me pregunto cómo me habrá condicionado la música pop que escuché durante mi infancia. Esa música me hace sentir tan diferente a las niñas y niños a las que ahora les doy clase de música. Profesor, profesor, dicen mientras se abalanzan sobre mí, ¿qué música trajo?... Ahora no me dirigen palabras tan cálidas; cancelé la actividad de escuchar música que ellos traen de casa debido a unos días de mal comportamiento. A cambio, elegí una canción de colectivo, como le suelo llamar, una de las que tienen contenido más potable y que suenan en la radio, para cantarla en grupo mientras yo acompaño con la guitarra. Antes del recreo saldremos al patio a hacer una coreografía para la canción.

Misión cumplida, hoy ha sido un día sin perreo y sin reggaetón.

                Vuelvo al videoclip. Era de Miranda! y lo escuchaba a todo volumen parado frente al televisor cada vez que lo pasaban por Locomotion. Cuesta percatarse, pero hace más de diez años que eso sucedió; no me atrevo a decirlo en voz alta, pero fue hace, casi, quince.
El pop es como el poder bélico, el poder hegemónico; lo que se encuentra en el poder actual sólo busca formas para perpetuar esa condición privilegiada. La música pop es igual y la industria cultural manejan un mecanismo similar; se amoldan, cambian de nombre y se pone lifting en los pómulos, pero siempre seguirá siendo pop. Pop comercial, seamos justos y no metamos a todos los gatos en la misma bolsa.
               
                Primero, el videoclip giró por un canal alternativo, en este caso, Locomotion. Luego, MTV y el resto de las cadenas captaron a Miranda! y la banda atravesó el típico tour de forcé de la música comercial. Hay que darles mérito por haber aguantado tanto. El caso siempre es el mismo, un producto que logra identificar a un grupo social, abrir un nicho de mercado, identificar a un público que no tenía bandera definida, para luego convertirse en canon, en algo que no tiene razón de ser. Creación de una forma y reproducción constante del contenido. Exactamente eso, expuesto hasta el infinito.
                La frase es clara; las cuentas hay que pagarlas y todo está cada vez más caro… ¿Se puede culpar a los artistas pop por querer seguir siendo quiénes fueron por quienes son hoy en día?

                Cada tanto agarro la guitarra y toco Tu Misterioso Alguien. Respeto mucho a aquellos artistas que pueden apropiarse de un lenguaje y llevarlo a su terreno. Traduciendo; un proto-bolero-sentimentaloide (sí, así como suena) cantado en el subte por los chicos de Miranda!. La guitarra y el fogón, ese universo paralelo donde las canciones cobran vida dentro de una estructura social. Allí
solo rigen aquellas canciones que sabemos todos.

Por suerte, la guitarra todavía no puede hacer el perreo.



Sunday, October 30, 2016

Una guitarra que viaja por el horizonte

Haber nacido en una ciudad con paisajes tan imponentes como los de Bariloche me hizo creer que nunca iba a encontrar imágenes que se pudiesen comparar a aquellas que colorearon mi infancia. Poco tardé en rebatir mis impresiones de niñez al conocer la vastedad del territorio que comprende esta indómita nación que es Argentina.
Los martes, recorro con la guitarra a mis espaldas, kilómetros y kilómetros de una ruta forrada por pampas espesas, que no dejan ver nunca el límite al horizonte bonaerense. Es en esa misma ruta, donde las vacas y las ovejas colorean un paisaje que huele a dulce de leche.
Mis días como profesor de música en aquellos parajes rurales se imprimen con fuertes sensaciones. Las postales se recubren de olores, tactos y visiones que no tienen igual.

   La docencia me tomó por sorpresa. Debo admitirlo, cuando salí de la secundaria derechito a estudiar la Licenciatura en Dirección Orquestal no esperaba ni pretendía ser profesor de primaria, de secundaria, ni siquiera, de nivel inicial. Descreí de la valía del oficio del profesor de música; siempre pretendí llegar a lo excelso, lo más alto, lo que creía que era el summum, el pico de una potencial carrera como director. Distintas vueltas me llevaron a empezar a dar clase en programas extraescolares, como el Programa de Coros y Orquestas para el Bicentenario. Hoy tengo el orgullo de afirmar que fueron los niños y ñiñas que poblaron esas escuelas, quienes formaron mi vocación como educador. Fueron sus inquietudes, sus alegrías, sus dudas y certezas lo que hicieron crecer en mí la voluntad de ser mejor educador.

               
                 A partir de revisar mis propios conocimientos, de buscar formas nuevas de transmitir lo aprendido y seguir compartiendo las experiencias que ofrece la música, fui redescubriendo el valor de cosas que antes tenía perdidas en el baúl de la memoria. Hoy en día, todas las enseñanzas que Luis Pescetti ha transmitido de forma tan generosa me acompañan en la guitarra y en la voz; Piojos y Piojitos, María Elena Walsh, suenan también y cada tanto, nos divertimos en el aula con La Payada de la Vaca de Les Luthiers.

                La docencia logra eso, te coloca contra una pared invisible, la cual fue construida por uno mismo y por quienes nos rodean. Esa pared sólo se derriba de una forma: dejando ir los prejuicios y abriendo los ojos y las orejas para dejar pasar por uno la enseñanza más importante, que es la que pueden darnos nuestros alumnos.

Apéndice:
Materiales Online que me gusta compartir sobre la experiencia educativa
El Aula Global y el Maestro Moderador
Entrevista a Luis Pescetti en Aprender de Grandes


Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Friday, May 20, 2016

Laberinto Visual

Me interesan los signos, las referencias, los cruces de caminos fortuitos.          

Dos ejemplos. La serie Mr. Robot, que se ha llevado las luces por su brillante primer temporada.
Allí, al final del camino, en un cierre que deja muchas más preguntas que certezas, aparecen dos referencias, como queriendo establecer una bibliografía, un pacto secreto entre los realizadores y la audiencia.
Allí está la versión para piano de Where is my Mind, de The Pixies. Dicha canción oficia de túnel de gusano, conectando la trama de Mr. Robot con las andanzas de Tyler Durden y su afán por destruir el orden social. Tanto Mr. Robot como The Fight Club (El Club de la Pelea) poseen un protagonista con problemas psiquiátricos y con afán de dinamitar los endebles pilones que sostienen el capitalismo (no cuento más sobre la trama, por respeto a quienes no han visto y quieran ver la serie).

Otro túnel. El Vals de la Segunda Suite Jazz de Shostakovich, en un arreglo para sintetizadores. La fórmula es clara: una pieza utilizada por Stanley Kubrick en una de sus películas (Eyes Wide Shut) y el tratamiento compositivo de Wendy Carlos, al estilo que usó en A Clockwork Orange.
Allí también hay una referencia literaria, muy breve, que puede resultar un producto de la casualidad, pero hoy más que nunca, las palabras que Jorge Luis Borges volcase en la construcción de sus múltiples laberintos de conocimiento; si un hombre lo ha planeado, puedo descifrar este enigma.

La primer temporada de Mr. Robot es breve, posee con actuaciones memorables, y cuenta con la envidiable libertad de permitirse una dirección de arte osada, con planos y secuencias que no refuerzan la formalidad tradicional del formato de las series, y que invitan a la reflexión.
De más está recomendarla.





Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Sunday, May 15, 2016

Gaspar por Noé

Difícil empresa la de tratar de comentar alguna de las piezas cinematográficas que comprenden el corpus artístico de Gaspar Noé sin caer en quimeras o en simples menciones vanidosas y superficiales. Probablemente, la película más difícil de definir, de analizar, de dar lugar a una crítica, es Love, estrenada en 2015.

Trataré de no valerme, como en el caso de Oscar Wilde, de un compañero ad hoc que formule las preguntas que quiero responder para dilucidar acaso, alguna certeza, sobre Love.

En la actualidad, podemos definir (a groso modo, como quien no quiere ver tonos grises) que existen dos cines, dos mercados, dos escuelas, dos formas. La nomenclatura no importa. Existe el cine comercial, que busca agradar o complacer a la audiencia; y existe el cine alternativo, que propone los finales amargos, o las formas diversas con otro tipo personajes y otras búsquedas artísticas. Como dije y no me cansaré de repetir, mi daltonismo premeditado no me deja apreciar los tintes medios.
Gaspar Noé comprende una parte muy radical del segundo tipo de cine. Poseedor de un estilo provocativo, molesto, amoral, este director sabe muy bien cómo poner al espectador contra las cuerdas y hacerlo dueño de las peores perversiones de la raza humana, siempre danzando en el límite. Allí están Irreversible, acaso su obra más célebre, Seul Contre Tous, y Enter the Void, ese tour de force que transcurre en una Tokyo estimulada, frenética e inevitable.


Tratar de informarse sobre Love, como sucede con las películas controversiales, es tratar de encontrar luz en una cueva sellada. Formalmente, es la película más accesible de Noé. Narrativamente, la más difícil. Puede ser que por exceso de narcisismo, por carencia de desarrollo narrativo, o por lo que fuere, pero nos encontramos con la obra más personal del autor. Love está tan llena de referencias a otras obras, muchas de la propia producción de Noé, que sería un craso error tratar de afirmar que todo lo blanco es blanco, y que todo lo negro, en efecto, es negro. Ya vamos extrañando la certeza de nuestro mundo parcial y bitonal.

Un pequeño esbozo de análisis diría que, Love, es la historia de un estudiante de cine que se despierta con resaca y rememora la relación que tuvo con su ex novia. El protagonista rememora un tiempo idílico (que como todo buen tiempo idílico termina mal y pronto, lo sabemos desde el comienzo de la narración) y desde un espacio de disconformidad. El error que le costó su relación, le ha costado también la felicidad y lo ha llevado a una cárcel. Una de esas, que son tan frecuentes en la vida, que no tienen barrotes y que tampoco llevan al aislamiento social. La tragedia, es la vida cotidiana.
A partir de quiebres en la temporalidad, idas y vueltas en las memorias, se construye la historia desde la perspectiva de Murphy, un protagonista con el cuál es difícil solidarizarse. En la pantalla tenemos a un inconforme, melancólico inmigrante en París, que se lamenta de cómo su vida se ha convertido en eso que no queremos ni siquiera poner nombre.
La cámara por momentos parpadea, emulando una visión en primera persona, al estilo que Noé ya había utilizado en Enter the Void. También, unificando el montaje y dándole continuidad al ritmo de la narración escuchamos los graves sonidos sintetizados que nos sumergen en un continuum musical. El estado de alerta, de shock nervioso en el que Noé sumerge a la audiencia a través del uso de las imágenes y de la música, es notable.

Sobre los muros que habitan los planos de Love podemos ver los posters de M, el Vampiro de Düsseldorf, Taxi Driver, The Birth of a Nation; y en la habitación de Murphy vemos la maqueta del Hotel Love que se ve a la saciedad en Enter the Void.
A caso, Murphy, el protagonista del film, es quien se lleva el premio de la referencialidad en Love.  Incluso se podría decir que es un vástago análogo de su creador, Gaspar Noé. Motivado e influenciado por 2001, Odisea del Espacio, estudia cine y quiere hacer películas de sangre, esperma y lágrimas. El diálogo continúa, como explicación del film en sí mismo: (…) Esto es como la esencia de la vida. Creo que las películas deberían contener eso. Deberían estar hechas de eso.
Murphy lleva en varias ocasiones, una remera al estilo Metallica en homenaje a Rainer Werner Fassbinder, la misma con la que Noé se mostró ante las cámaras de la prensa.
Otro tipo de simbología se pone en juego en la película. La ex novia de Murphy se llama Elektra, a la manera de personaje griego extrapolado por Jung y la escuela del psicoanálisis. Para reforzar la teoría, Murphy le remarca a su entonces novia: Elektra has a Daddy Complex.
Quien interpreta al ex novio de Elektra, y que lleva una galería de arte llamada Noe International Art Gallery, es el mismo Noé en su versión más kitsch.


Porno Papá Bach

¿Cómo construir un perfil musical de una película situada en París, sin la música de Erik Satie?
En Love escuchamos las Gnossienne de Satie, inconfundibles, en su versión para piano y las adaptaciones para orquesta.
La música acompaña las largas escenas de sexo,  estilizando los momentos y situándose nuevamente en la frontera de lo obsceno, lo burdo y lo profundo. La música que compone la banda sonora de Love es puramente instrumental, carente de palabras. Esta característica acentúa los continuos monólogos interiores del protagonista. No hay piezas en musicales compuestas específicamente para Love, si no que escuchamos canciones conocidas y frecuentemente utilizadas en el género cinematográfico. Allí está Satie, la espectacular Maggot Brain de Funkadelic, el simil glockenspiel sintetizado de School at Night, que musicaliza de forma infantil la escena de sexo donde Murphy comete la traición a Elektra y sella su destino trágico. También está Bach, con el aria de las Variaciones Goldberg, interpretado, con murmullos incluidos, por Glenn Gould, recordándonos la dimensión humana de la música.

Con altos y con bajos, Gaspar Noé ha conseguido captar la atención y dividir las aguas de la audiencia nuevamente. ¿Dónde quedó el amor, se podrá preguntar uno? Pues la respuesta está dada varias veces en el film , no siempre de forma obvia. Conviene rememorar a la ausente Elektra:
“Eres un tipo increíble, que no sabe lo que significa el amor”.



Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Saturday, April 2, 2016

Poeta Halley

Mantener un blog, es una tarea ardua y complicada, más, cuando uno mismo pretende mantener cierto estilo y contenido. El tiempo corre tan de prisa, que las escusas no valen más que las hojas secas que arrastra el viento, y en el medio de la vorágine de llevar muchos proyectos en simultáneo, olvidé conmemorar el segundo aniversario de este humilde espacio.
¡Gracias por leer y seguir este blog!
Gastón.-


I

Zoe llegaba la clase, siempre con el tiempo justo y con su bicicleta a rastras. Lo mejor de vivir en una ciudad repleta de Jacarandás es que en primavera, el horizonte se tiñe de color violeta y las casas se inundan de su dulce fragancia. Ese era el olor que llegaba con Zoe a las clases de lenguaje musical.
Solía impartir las clases en mi casa de La Plata, y conforme pasaba el año, se asomaba una tarea especial: cantar una canción y acompañarse con el piano o la guitarra. No importaba el idioma, importaba sí, lograr la realización de diferentes habilidades al mismo tiempo de forma homogénea. Acompañarse a uno mismo con un instrumento armónico, es una actividad enriquecedora que pone en juego muchas habilidades distintas, que merecen atención y estudio por separado. Poder juntar dichas habilidades sin perjudicar la ejecución particular de cada aspecto, es algo que cuesta mucho trabajo lograr.
Parece mentira, pero ser músico de fogón es un logro mayor de lo que el común de la gente cree.
En términos de enseñanza musical, un profesor le pide a sus alumnos que realicen dicha actividad porque así demuestran que pueden lograr la ejecución de un instrumento, mientras cantan una línea melódica independiente (a esto le llamamos ejecución de dos planos, melodía y acompañamiento en simultaneo) y a la vez, se logra el desenvolvimiento dentro de un plano armónico, o sea, cantar dentro de un contexto determinado (afinado o desafinado).
La actividad propuesta, puede resultar cotidiana para un alumno que estudia guitarra, piano, o incluso canto. Pero se vuelve interesante cuando es propuesta a alumnos que estudian instrumentos melódicos, como la flauta, el violín, o incluso, a quienes estudian instrumentos de percusión. El resultado óptimo se logra cuando la clase es numerosa y se instaura esa comunión, el círculo del fogón donde cada alumno muestra sus avances y se fomenta la escucha y la reflexión colectiva.
En el caso de Zoe, estudiante de violoncello, había elegido acompañarse con la guitarra, la canción, Me Amo, de la banda, Love of Lesbian. Dicha banda, desconocida para mí, completó un círculo que fomenta el constante estudio y estimulo pedagógico; el alumno es quien trae consigo algo desconocido a la clase y fomenta la inquietud del docente. Resumiendo, una clase donde todos aprenden algo nuevo, y donde prima la inquietud y la curiosidad por el aprendizaje.


II

Estoy lejos de Argentina, de viaje, y como suele suceder me piden que lleve regalos para  la vuelta. Mi mamá, quien constantemente me nutre con material pedagógico para mis clases, me pide que le lleve el cuento ilustrado Yo Mataré Monstruos por Ti.
Así comienza el círculo de búsqueda literaria. Anoto los datos en un pequeño retaso de papel, lo coloco en mi billetera y salgo a buscar. Consigo el libro sin mucha dificultad, y antes de envolverlo, lo leo. No es el primer libro infantil ilustrado que leo desde que soy eso que la ley cataloga como adulto, y con el tiempo fui ganando experiencia en el rubro. Al entregárselo a su posterior dueña, ella me comenta que el autor del texto es el cantante de una banda de España. Busco su nombre en internet, y efectivamente, se trata de Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian, los creadores de la canción de Zoe. En dicho libro, Balmes trabaja con Lyona, asidua colaborada visual de Love of Lesbian.


III

Es la cuarta o tercera vez, no recuerdo exactamente, que voy a un bar y leo en los diarios de turno un reportaje o cobertura del nuevo disco de Love of Lesbian, El Poeta Halley.
De acuerdo, lo pondré en casa y escucharé que tal. Cuando escuché la canción de Zoe, varios años atrás, debo confesar que me pareció una más del momento, también, cuando minutos después escuché la versión original. Al enterarme de que el cantante también tiene actividad como escritor, la curiosidad me pudo y decidí darle una chance a la banda.
El Poeta Halley es un hito extraño dentro del mercado musical actual. En él, prima la lírica, el mensaje verbal y detrás, la estética musical. Un tópico recorre todo el disco, un leitmotiv literario.
Tengo ante  mí, un disco que funciona como una unidad, que logra mantener una estética musical uniforme y que porta un pathos definido.
Me sorprendo, porque acostumbrado a la ponderante y pujante cultura del one hit wonder, es loable encontrar un material en castellano que presenta inquietudes artísticas, un sonido que desarrolla la búsqueda de nuevas formas, de primar el mensaje por sobre una forma definida (vale fijarse que pocas canciones de El Poeta Halley duran menos de cuatro minutos o tienen una estructura fácilmente identificable de Estrofa- Estribillo – etc.). Aquí prima la expresión verbal, los sinónimos y el vocabulario, la búsqueda personal y colectiva de un sonido, una identidad, resultado de inquietudes artísticas y de incertidumbres humanas. No hay artificialidad dentro de este disco, si no, expresión y voluntad del grupo de artistas por defender la estética ante la necesidad de un mercado cada vez más estereotipante. Uno puede escuchar los temas por separado, pero se pierde de la resolución del todo ya que aquí no estamos escuchando un collage aleatorio de canciones.
Solo queda destacar como brillante la interpretación del poema final, en la voz de Joan Manuel Serrat.


IV

La presencia de artistas que aún muestran signos de resistencia ante un mercado que impone sus propias reglas, artistas que tienen inquietudes y que buscan diferentes formas para expresarse, es algo que resulta estimulante y motiva a quienes los rodean a seguir en la búsqueda. Esa que es eterna y que nunca termina, pero que nunca defrauda.
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Wednesday, February 17, 2016

Momento breve #1

Transcribo un diálogo.

- ¡No se les ocurra usar una voz de narrador en su trabajo!
¡No se atrevan! ¡Es una manera débil, chapucera, de escribir! Cualquier idiota puede narrar los pensamientos de un personaje.
Bueno. Una hora para comer.

Quien habla es el personaje de Robert McKee, representado por Brian Cox en la película Adaptation, en español también conocida como El Ladrón de Orquídeas.
El guión fue concebido por Charlie Kaufman, responsable de otros hitos como ¿Quién Quiere Ser John Malkovich?
Adaptation juega constantemente con un tópico, la adaptación de una novela a guión cinematográfico, y todos los problemas que ello conlleva, tanto de la manera literaria como dentro del proceso de producción de una película, y cómo, a partir del encargo a un guionista para que adapte un libro, éste se encuentra en varios aprietos de índole intelectual e incluso moral. Kaufmann genera una solución brillante al embrollo y se coloca a él mismo y a un falso hermano, ambos interpretados por Nicolas Cage, como participantes del relato. Es decir, Kaufman rompe la barrera entre lo real y la ficción e incluso, logra que el público participe como testigo del proceso de creación de un guionista.

Sigo con la transcripción.

- ¡No puedes tener un protagonista sin deseo! ¡No tiene sentido!
¡Ningún sentido en lo absoluto! ¿Me entiendes? Bueno. ¿Alguien más?
- ¿Qué tal si un escritor desea crear una historia donde no pasa mucho? Donde la gente no cambia ni tiene revelaciones. Luchan, se frustran y no se resuelve nada. Más como en el mundo real.
- ¿El mundo real?
- Sí, señor.
- El condenado mundo real.
Antes que nada, escribe un guión sin conflicto ni crisis y tu público se morirá de aburrimiento.
Segundo, ¿no pasa nada en el mundo? ¿Estás completamente loco?
Hay asesinatos todos los días. Hay genocidio, guerra, corrupción. Todos los días, en algún lado alguien sacrifica su vida para salvar a otro.
¡Todos los días alguien decide, conscientemente destruir a alguien más!
¡La gente encuentra amor y lo pierde! ¡Un niño ve cómo matan a su mamá a golpes entrando a una iglesia! ¡Alguien tiene hambre! ¡Alguien traiciona a su mejor amigo por una mujer!
¡Si no puedes encontrar esas cosas en la vida,  entonces, amigo, no sabes un demonio de la vida!
¿Y por qué me haces perder mis dos horas preciosas con tu película?
¡No me interesa en lo absoluto! ¡No me interesa en lo más mínimo!
 
Entonces ¿Qué diría este personaje satirizado de Robert McKee sobre las obras de Inio Asano? Las obras de este mangaka japonés se basan en su mayoría en ese condenado mundo real al que se refería con tanto desprecio el personaje de McKee, con personajes que tienen pocas motivaciones y que son constantemente aplastados por la mediocridad del mundo que los rodea. Solanin, la obra maestra de este autor demuestra muchas veces como se puede innovar de manera sencilla un género que parecía agotado a la saciedad, y a la vez, dar cátedra.
Kaufman y McKee son por supuesto, personas verídicas. El primero, ha sido galardonado con un premio Óscar por su trabajo en El Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos, y el segundo es un reputado profesor y guionista que ha formado a generaciones de guionistas de todo el globo. De hecho, fue el propio McKee quien recomendó al actor que lo representaría en la gran pantalla.



Esta ha sido una pequeña escala para recomendar las obras de estos dos autores, Kaufman y Asano. Ambos, inspirados por las menudencias de la vida, los detalles mínimos, aquellos que a las industrias mediáticas, casi como una exclusión adrede. Una breve parada antes de seguir con aquellos temas que ocupan mi tiempo y que darán nuevas y extensas entradas en el futuro.
De camino también estará el aniversario del blog.        

Será hasta la próxima.
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Saturday, January 30, 2016

Pop para divertirse

Hay veces que uno se encuentra frente a la computadora, y en un ataque sorpresivo de inspiración y voluntad comienza a escribir extensas líneas sobre algún tópico u otro. A veces también, se comienza a escribir una historia sin saber bien donde se terminará. ¿Qué será esta vez? ¿un cuento?¿un guion? Mejor dejar que la incertidumbre nos gane este pulso.
En el rubro del blog se convive constantemente con la disyuntiva de cómo encarar el diálogo interior, ese que nos lleva a comunicar y transmitir ideas que luego interpretarán los lectores. ¿Debo quebrar la cuarta pared y hablar sin tapujos a los personajes digitales que se encuentran del otro lado?
De manera cobarde, no me atrevo a zanjar el asunto (con una leve esperanza de poder dejar abierta una ventana para un nuevo post) y continúo.


Lo que a continuación se presenta es uno de esos tradicionales escritos de recomendaciones. Fruto del trabajo de recopilación de material que circula por las redes sociales, y que al comienzo aparecen como figuras aisladas, pero después con el transcurrir del tiempo encontrar como relacionar esos materiales con otros. Así es como se dilucida muchas veces que en el mundo, hay personas que pueden tener las mismas inquietudes que nosotros y así sopesar un poco la distancia física que nos separa.

Navegando en twitter, entre comentarios y memes mordaces sobre la conformación de gobierno de España, me encuentro con este agudo artículo de Barbijaputa. Para quienes no la conocen, esta adalid anónima siempre encara aquellos temas que son ignorados conscientemente por gran parte del mundo periodístico, los objetos de consumo de las masas y su relación inmediata con las cuestiones de género que tanto aquejan a este vetusto mundo, y también, el constante bombardeo de símbolos representativos de la cultura patriarcal, que hoy en día comienza a ser rebatida y cuestionada, pero sin que exista una gran resistencia por gran parte de la población a hablar del tema o siquiera reconocerlo.


Siguiendo la línea del anterior artículo, podemos adentrarnos en el mundo de las letras y la música de las canciones que habitan en los grandes medios.
Aldo Narejo, músico y psicólogo, encontró una forma muy accesible para sacar a la luz el contenido, no sólo lírico si no musical, de las canciones más famosas del circuito comercial de la música. Es interesante percatarse de que un mensaje tan semánticamente sencillo, puede ser pasado por alto por la mayoría de los oyentes. No he visto nunca a nadie levantarse en un colectivo y pedirle al chofer que cambie de radio porque el contenido de una canción de los 40 principales contenga material ofensivo.


En el video sobre las heroínas en las películas de animación, expuesto por Collin Stokes en el marco de una charla TED, podemos ver como también la simbología patriarcal se encuentra en el mercado audiovisual y cómo existen diferentes ofertas para mirar películas que no representen los valores tradicionales del patriarcado. Siempre que se esté dispuesto a ver con un poco más de crítica y atención se encuentran títulos que refuerzan otro tipo de roles para la mujer y el hombre y no calcan aquellos que hoy tratamos de sofocar. Al igual que en el análisis de Barbijaputa sobre las ofertas de juguetes de roles en las jugueterías, podemos ver que las diversificación existe, solo hay que buscarla con un poco más de paciencia y con más juicio. Aquí lo importante no es abrazar una ideología por moda o por lo que sea, la cuestión es mucho más simple. Consiste en transmitir valores que sean edificantes para una sociedad donde exista de verdad la igualdad de posibilidades sin importar el género, la inclinación sexual ni la procedencia de las personas.  Una sociedad con menos prejuicios y con más igualdad. Sonará utópico, pero el sólo hecho de pensar una sociedad y un mundo sin tantos precintos, prejucios y cinismo, nos puede volver más tolerantes.
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Saturday, January 23, 2016

Los Años Dorados I

Las formulas se agotan rápidamente. El mundo nunca se sintió tan viejo ni tan vertiginoso con cada nueva respiración. Por eso, conservar el estatus de una figura actual, alguien que siempre se muestra fresco y renovado puede parecer una utopía. Más, si a lo que nos referimos es a las altas esferas del pop comercial internacional.

Cada nuevo año que pasa los ídolos del pop mediático mutan, cambian, se remplazan entre ellos a la manera de una carrera de postas. Aunque ellos no lo quieran, envejecen y con ellos su popularidad tambalea. Aunque todos así lo quisiesen, David Bowie y muy pocos artistas han podido conservar su título según el pasar de los años.

Si vemos los años en perspectiva tampoco notaremos muchos cambios de estilo ya que el género no resiste un examen detallado desde el análisis musical. Lo que sí cambia es la estética de los videos, las reivindicaciones de las letras (qué sector marginado será representado por algunos) y como siempre, abundarán las canciones de amor y desamor. Mejor sólo que mal acompañado, pero mejor que sobre y que no falte el nuevo maquille.
Aquí hay que hacer una distinción, y aclarar que no toda música pop es preocupante por su reiteratividad y hay muchos artistas que apuestan a la creatividad y a la innovación dentro del género. Pero este no es el caso de la música pop del más alto estatus comercial, esa que en invade los espacios públicos, que nos acompaña a casa en los transportes públicos y que escuchamos cuando estamos comprando en los supermercados, por solo mencionar algunos ejemplos.

El 2015 y el actual 2016 la atención mediática quedó signada por la salida de dos álbumes, los nuevos materiales de Justin Bieber y de Adele.
Es en el ídolo canadiense donde se registra una tendencia, la de interpretar canciones realizadas por otras agrupaciones de artistas, a la manera de un encargo. Así suele suceder en el ámbito de la música clásica donde los solistas más aclamados de cada momento suelen encargar composiciones originales para su instrumento a los compositores en boga.
En el ámbito pop estaba establecido este rol en la figura del productor. Muchos de ellos se encargan de escribir, o arreglar los bocetos de las canciones que luego saldrán en los discos de los artistas.
No es este el caso de Justin Tranter y Julia Michaels. Ellos han establecido una nueva pauta, donde su rol como creadores es visible y no ocultado por la industria (no vaya a ser que la etiqueta del Cantante Pop decaiga en Intérprete Pop). Tranter, quién posee su propia banda ha establecido una sociedad artística con Michaels y juntos han sabido renovar el repertorio de Selena Gómez, Gwen Stefani y el siempre polémico y enfant terrible Justin Bieber.
Las diferencias no son radicales, pero el tinte inyectado por Michaels y Tranter hacen ver a estas estrellas más similares a su público que a esa realidad abstraída que parecen habitar.
Si bien la carrera del joven canadiense lleva sus buenos años, uno no deja de preguntarse cuando aparecerá el nuevo ídolo que lo opaque y le quite la corona ficticia de rey del pop. También, nos preguntamos hasta cuando seguirá este ciclo de la música pop. Así es en la política, en el fútbol y en el pop, nunca podrás imaginar cuando y de dónde vendrá el golpe que te hará caer.


Continuará …

Monday, January 4, 2016

Lo que escucho mientras leo


Nuevo año, nuevos deseos. Vamos de camino al segundo aniversario de este espacio virtual.
Quiero agradecerles por seguir leyendo y por acompañarme en este camino… ¡Vamos por más!


Lo que escucho mientras leo
Mi lista de reproducción Sci Fi


Los recuerdos funcionan como anclas. Firmes armatostes que recobran vida cuando vemos antiguas grabaciones de video y que nos recuerdan, como silentes tótems erigidos en el fondo del mar, aquellos momentos que definieron nuestras vidas.


En el año del ´39 vino una nave desde el azul. Así repiten los versos de ´39, una singular canción interpretada en la voz de Brian May, que fue editada en A Night at the Opera de Queen. El estilo sugiere influencias del género country y la letra evoca la segunda guerra mundial.


Punto a parte de índole personal.
A partir de mi adolescencia, la canción de Queen pasó a formar parte de la banda sonora de mis lecturas de Crónicas Marcianas y de Las Doradas Manzanas del Sol de Ray Bradbury. Ignoré por mucho tiempo, felizmente, que aquellas letras no eran futuristas, sino de un pasado lejano temporal y geográficamente al mío. No me importó mucho en ese momento (y ahora tampoco) y así inauguré el disco eterno y nunca terminado de las canciones que escucho mientras leo. Cada título de este set list refleja un momento de mi vida y recuerda las lecturas que fui sumando a mi lista.
Leí mucha ciencia ficción. Primero Rowling, después Bradbury y Le Guin, seguí con el profesor Tolkien, y siempre a la par, un sinfín de títulos del género manga.  Mi lista eterna acompañó la lectura y las relecturas de Sandman de Neil Gaiman, The Watchmen y todo lo que consiguiera de Alan Moore, y así hasta el día de hoy.


No todas las canciones, ni todas las bandas encajan en los extraños y arbitrarios requisitos de la banda sonora Sci Fi. En el caso de ´39, la canción primigenia, lo que evocaba era una atmósfera country muy cercana al universo planteado por Bradbury. La experiencia suponía poner play y transportarse a los campos marcianos.
Dancing with the Moonlight Knight, de Genesis es otra canción sempiterna de lista junto a muchos de los discos del experimento de Arjen Lucassen, Ayreon.          
Ayreon  y Lucassen merecen un apartado en el asunto. Éste es un proyecto de música con temática de ciencia ficción. El hombre ha perdido la tierra y se ha diseminado por el espacio, siempre ansiando volver a la tierra prometida. ¿Les suena? Este postulado es aplicado a un proyecto con decenas de colaboraciones del rubro del Heavy Metal y aledaños, dando como fruto uno de los proyectos más creativos del ámbito del Heavy Metal y todos sus sub géneros.
La lista la completan algunas canciones de Power Metal, como Hunting High and Low de Stratovarius, o FullMoon de Sonata Arctica (algo así como one hit wonders del género del Metal). Y por último, bandas como Faun, Omnia y Blackmore´s Night que pertenecen al universo de la música folk (las dos primeras pertenecen al folk historicista como me gusta nombrarlas).


Supongo que cada persona tendrá su propia banda sonora, y hay que reconocer que no todos los libros pueden ser leídos con la misma música, o incluso, con música alguna.       
Luego, también podremos hablar de las teorías de Nikolaus Harnoncourt y de Daniel Barenboim, que con mucha razón postulan que hay que devolver la experiencia de la escucha musical al lugar de importancia que tenía en el pasado. La música es un arte que merece una concentración detallada por parte de quien escucha. No debería resumirse la función de la música a arte de acompañamiento.
Sin tomar cartas en el asunto, me permito terminar diciendo que escuchar ´39 mientras se lee a Ray Bradbury o a Philip K. Dick es la experiencia más cercana que he tenido a escuchar la radio mientras se conduce un jeep sobre la carretera de Marte.



Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.