Friday, December 11, 2015

El día que Adele se convierta en Taylor Swift

¿En qué consiste el gran éxito logrado por la nueva generación de Idols del pop internacional?

Los fans lo esperaban, y así llegó, el nuevo disco de Adele, titulado 25. Su rival, al menos de forma virtual, anuncia un posible impasse luego de haber amasado una enorme cantidad de dinero como resultado de su última gira y un patrocinio de parte de gigantescas marcas como Coca Cola. Taylor Swift, quien siempre se enfrenta con Adele a la hora de lograr reconocimiento en los medios y premios de la industria cultural, se retiraría para airearse un poco de los escenarios.

Imaginemos un escenario futurista. Podemos volver a ver Blade Runner, o tal vez, repasar a aquellas extraterrestres amantes de la música que habitaban en la fundamental Robotech. Al volver a nuestro cotidiano planeta tierra, tal vez, no parezca tan alocado.
¿Cuándo Adele se convertirá en Taylor Swift? Renunciará la primera, a indagar en esa imagen más seria del pop internacional, donde se engalana con sacros vestidos negros ¿Hasta cuándo proseguirá con su luto? Si es que éste fue alguna vez eso que creemos ver a través de nuestras pantallas.
¿Es una imagen forzada, que crean nuestras mentes gracias a insinuaciones de la prensa, o existe de verdad la rivalidad entre las dos divas de la escena pop internacional?
Desde la irrupción del nuevo milenio, la imagen de las idols, con la figura central de Madonna, como núcleo central de su imagen, se ha ido desperdigando a la popularidad dentro de las redes. La nueva generación, que incluye a Miley Cirus, que ahora oficia el rol de anti idol, Selena Gómez, Carly Rae Jepsen, entre muchas otras, a las que tal vez, Lady Gaga marca su propio estilo distópico y se despega del rebaño.


Si repasamos brevemente la carrera de las dos puntas de lanza del pop, podemos entrever serias diferencias, y coincidencias sustanciales. En ambas se ve un trabajo de producción muy loable y típico de las grandes discográficas. En cambio, la perfomance de Taylor Swift está ligada a los sonidos electrónicos y a la independencia de utilizar instrumentistas en vivo. En su última etapa, se la ve más ligada a la performance escénica, donde recurre a secuencias de baile y a escenificaciones en vivo. La diva estadounidense hace uso de sus atributos físicos, a la manera de cómo lo han hecho sus predecesoras. En esto, se asemeja a la primer etapa de Madonna o de Britney Spears, donde las divas resaltan sus figuras provocativas, pero nunca dejando que se pierda su inocencia, o el look naive que las caracteriza. Como una vez escribió Phillip K. Dick, anticipando la escena pop, Heather Hart, la idol fútil de Fluyan mis lágrimas dijo el policía, podría ser el futuro ficcional de Taylor Swift.
Adele, en cambio, no recurre a las bases generadas por computadora, y tampoco ha hecho colaboraciones con otros artistas, como es en el caso de Taylor Swift, que suele colaborar en singles de artistas de otros géneros. Adele permanece fiel a las fórmulas con las que siempre ha trabajado. Se presenta junto a un grupo, reducido o numeroso dependiendo la ocasión, de músicos sesionistas, donde la mayoría la ha acompañado durante gran parte de su carrera. También prosigue con su look típico, vestida de negro y muy maquillada, con gran resalte de sus ojos.
Sobre el escenario, Taylor Swift recurre a múltiples movimientos y desplazamientos, logrando un gran control sobre el timing del espectáculo. Adele, al contrario, permanece estática, en el centro de la puesta en escena. Ella concentra la atención en sus expresiones minimalistas, en el lenguaje que transmite. Lo esencial de Adele es no dejarse tentar por la forma, si no, por resaltar el contenido. He ahí una de las diferencias más radicales entre las dos artistas, la importancia de la música que interpretan. Adele enfoca la atención en sus canciones, en el mensaje y su transmisión; Taylor se enfoca en el show que ofrece a su público.

Sigamos con la comparación. El género es el mismo, las dos artistas realizan pop, y no es exactamente un pop transgresor. Como es típico, la importancia reside en las letras de las canciones. Adele mantiene una esfera íntima, donde sus tópicos suscitan sus experiencias más personales y privadas. Ella convierte sus frustraciones y vivencias en las canciones que caracterizan su estilo. Taylor Swift también expresa sobre sus frustraciones amorosas y mantiene por momentos una actitud agresiva y satírica, fruto del desengaño y la ruptura de alguna relación. En sus últimos singles también se puede reconocer una crítica a los medios y a la prensa. La crítica a los chismes tiene efectos contraproducentes. Al aludir a los medios el contenido se banaliza y cae en la trampa mediática, al mencionar el veneno trivial, la frivolidad invade el mensaje y se vuelve todo un circo montado milimétricamente.

Ambas artistas se encuentran en el esplendor de sus carreras, pero no debemos olvidar que si prosiguen en el rubro, pueden ofrecer muchísimo material a la industria, por eso, realizar profecías y vaticinios es oficio de necios. Lo que sí podemos hacer, es seguir inculcando preguntas que acechan cada vez que una novedad surge.
Con tres discos con altos índices de éxito ¿cuánto tiempo perdurará intacto el estilo de Adele? ¿Hasta cuándo seguirá legitimado el estilo de canciones de desencuentro y ruptura? Puede ser que se próximo el tiempo en que veamos como el mensaje se vuelve recurrente y entra en decadencia. La fama dura poco, y el éxito es ingrato. Esa es una ley dentro del mundo del espectáculo ¿Podrá Adele reinventarse y mantener un estilo único y personal? Lo que nos lleva, a preguntarnos ¿qué tan lejos está el día en que Adele se convierta en Taylor Swift?






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Saturday, November 21, 2015

El post del Opening

Aprovechando el impulso del post anterior, voy a hablar un rato sobre los openings y los endings de las series de animación japonesa (anime).
Para aquellas personas que no están familiarizadas con el género, un resumen breve (demasiado) sería que, desde el final de la segunda guerra mundial, Japón se vio influenciado en gran manera por la cultura de Estados Unidos. Esto llevó a una gran expansión del manga (fusión de la tradición japonesa de dibujo y la estadounidense del cómic) y a los albores del anime (la versión de televisiva del manga). Hoy en día, éste género contiene a una gran industria que provee de material para todo tipo de públicos, y es por eso que podemos encontrar una gama enorme de series.
Una característica particular que han desarrollado estas series es la apertura y cierre de cada capítulo con una secuencia animada, denominada Opening para la apertura del episodio y Ending para el cierre. En las secuencias se muestran diferentes aspectos de la serie y con diferentes estrategias de montaje. Generalmente, en las serie shonen (acción y pelea al estilo, héroe vs. villano) se abre con un opening dinámico e impactante. La regla general es generar intriga y aprovechar el misterio de la trama para enfatizar las emociones de los personajes.

Actualmente, el mercado japonés utiliza diferentes bandas de rock y de pop (denominados como J Rock o J Pop respectivamente) los cuáles ofrecen un caballo de batalla para sumar a la serie.
Estas secuencias tienen gran importancia dentro de la popularidad de los animes, ya que una buena entrada garantiza mayor popularidad de un anime y si una canción es pegadiza, garantiza que será escuchada independientemente de la serie. Los artistas se prestan a estos proyectos ya que sirven como medio para difundir su música, y son varios los casos de bandas que han saltado a la fama gracias a un opening o un ending. Un caso insignia es la banda L Arc en Ciel quienes han colaborado en gran cantidad de series de anime y poseen fama internacional, siendo de las pocas bandas que pueden realizar giras exitosas fuera de Japón sin dejar de cantar en su propio idioma.

Las características de los videos varían, pero podemos encontrar pautas generales, más que nada, en el ya mencionado género shonen. Opening y ending se pueden concebir como un mero artificio, como un recurso para generar expectación, o si no, más arriesgado, para extender la estética de la serie y armar un breve video de animación de buena calidad. Los openings más recordados son aquellos que poseen una canción de calidad, y pegajosa muchas veces, y que además posee interés como producto propio. También, los videos que han pasado a la historia como joyas del recuerdo popular son aquellos que, sumado a todo lo anterior, han acompañado a una serie de gran popularidad, como por ejemplo, los openings de Dragon Ball o de Saint Seiya (Los Caballeros del Zodiaco).

Ahora sí, repasemos solo una parte de los openings y endings icónicos.




Usemos como ejemplo de opening tradicional a Chala Head Chala de Dragon Ball. Primero, este opening abre a una serie shonen de gran popularidad, que además, marco a una enorme generación de espectadores alrededor de todo el mundo. Este opening significa la nueva popularidad del anime en el mundo entero, y ahí radica su supuesta universalidad (hasta el día de hoy sigue siendo transmitido en la televisión abierta). Aquí el mensaje es claro,  la música dinamiza el video y se hacen pocos planos de los personajes dando la información justa. Los personajes principales se encuentran bien definidos y no se visualiza a los enemigos en cuestión.
Si seguimos la veta del shonen, podemos mencionar openings como el que musicalizó la banda de rock Flow a la serie Naruto, y también, el opening Ready Steady Go por L Arc en Ciel para Full Metal Alchemist. Ambas series shonen han cautivado a varias generaciones tanto orientales como occidentales.

Veamos un ejemplo opuesto. El opening de Cowboy Bebop, serie insignia del género y para muchos, la mejor de la historia. La banda sonora de esta serie merece y tendrá un post aparte, pero la genial impronta y participación de Yoko Kanno generó una de los mejores aportes musicales de la historia y ha contribuido al éxito y culto de la serie. Cowboys en el espacio y de fondo, mucho jazz. El opening refleja eso, una estética de policial retro con bloques de colores y sombras. Aquí hay más predominancia de lo estético y el opening pasa a ser una apertura más delicada y cuidada.

Del lado estético podemos mencionar el opening de SamuraiChamploo (dirigida también por el director de Cowboy Bebop) que en este caso es musicalizado por un rap en vez de una canción pop o rock. Otro ejemplo, influido por la estética de los cuadros de Gustav Klimt, es el opening de Elfen Lied. Aquí el opening, a modo de canción de los elfos, no se puede encasillar de manera simple. La estética configura la dimensión psicológica de la trama de la serie, introduciéndonos en el universo de dolor y pasión de sus personajes.

Un punto intermedio, entre montaje dinámico de género shonen, y de estética al estilo seinen (género adulto) con predominancia de mensaje estético y simbólico es el opening de Evangelion.

Ahora, hablemos un poco de los endings, el lado B de las series anime. Si los openings se encargan de impactar y generar expectación por lo venidero, los endings encuentran una carga menos pesada que portar. De carácter más relajado, los endings se encargan de equilibrar la balanza y demostrar aquellos aspectos que quedaron rezagados. Aquí salen a colación las típicas canciones de amistad, las baladas de amor, etc. El ending que acompañada en DragonBall es el claro ejemplo de anti tesis del opening, aquí se equilibra la balanza emocional de los espectadores (va en castellano). Otro ejemplo de esta técnica es el primer ending de Naruto, Wind realizado por la banda Akeboshi.



Claramente, no todo es piña-patada ni thriller psicológico, por lo que también están los openings de series más descontracturadas y para otros tipos de públicos (no quiero adentrar en la genealogía del anime, porque hay casi tantos términos como gustos de helado).
Algunos openings icónicos son el de Sailor Moon, el de Sakura Card Captor, o, una joya del humor y el ingenio de la industria japonesa, el ending de Haruhi Susumiya no Yuutsu. En este ejemplo se da un caso paradigmático. Una canción pegajosa que no solo invita a escuchar, sino también a bailar. El Hare Hare (nombre del baile) se popularizó entre los fanáticos del anime y ya se acostumbra a encontrar fanáticos del baile en las convenciones y eventos de manga y anime.


La industria japonesa del manga y el anime encierra paradojas representativas de la post modernidad. Este universo encierra muchas sombras que a la mayoría de los occidentales les resultan ilógicas o por lo menos, desconcertantes. Pero como se menciona en el célebre libro de Tanizaki, El Elogio de la Sombra, toda luz necesita de una sombra para ser apreciada.

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Monday, November 2, 2015

Homenajes

2015, año de homenajes.
Internet se sobresaturó con las conmemoraciones de la franquicia Back to the Future, pero no nos olvidemos de que el 2015 también fue el idilio de otra conquista de la imaginación.

Neon Genesis Evangelion constituyó un hito en la animación japonesa y marcó a generaciones enteras con sus teorías acerca del resurgir de la humanidad, los ángeles gigantes (más similares a criaturas de otra dimensión) y la teoría de la complementación humana con toda su locura post freudiana.
El 2015 es ese año también, donde Dios vuelve a la tierra a definir nuevamente, el destino de la humanidad. Y no olvidemos ante todo, que es el año donde se cumplen los 40 años del lanzamiento de la summa del rock.
Es verdad, se cumplen 40 años de Bohemian Rhapsody. 



Como mi objetivo es homenajear humildemente, trayendo estos retazos de memoria que tanto han influenciado a mí y a otros, voy a dejar algunos links para quienes tengan tiempo y ganas, buceen en busca de máquinas de tiempo y otras quimeras.

Marcelo Arce, musicólogo argentino, explica muy bien porque ha de tenerse en alta consideración esa rapsodia que hoy cumple cuarenta años, y porque no se trata de otro onehitwonder más.                              

Ahora, algo glorioso para los mal llamados otakus – la palabra posee dos significados casi opuestos dependiendo si estás dentro o fuera de Japón – es el AMV (video animado a modo de homenaje) en donde la música de Queen se compagina con las imágenes de Evangelion. Aquí es cuando advierto que el contenido es altamente avanzado y puede arruinar la serie si no la han visto. En resúmen, spoiler alert.


Otra joya que internet ha guardado y custodiado para las generaciones venideras, es la propaganda que, el ya difunto canal, Locomotion usaba para promocionar Evangelion.
El impacto y la influencia que causó Locomotion todavía es recordado por quienes solíamos invertir horas estupefactos ante tan buen criterio de selección de material. Locomotion fue ese canal que nutrió e hizo explotar las mentes de quienes querían ver animación por fuera del circuito tradicional estadounidense.
En Argentina, Locomotion era el bastión televisivo y la revista Lázer era el manifiesto con el cuál lo seguidores de esta religión se educaban.
Ambos medios hoy están desaparecidos. Locomotion fue comprado por Sony y pasó a ser, la nunca perdonada y pronto olvidada, Animax. Lázer, como propiedad de una editorial en crecimiento dedicada al manga, fue pasada al olvido debido a conflictos comerciales con las firmas japonesas. Nunca olvidaremos el nivel satírico y de gran calibre que ambos medios movilizaban. Fue tal el nivel que pregonaban que, hasta el momento, nadie ha podido relevarlos y hacerse cargo con dignidad del título  aún vacante.
Aquí dejo el obituario de Locomotion.


Rumores (y sendas entrevistas) adelantan que el equipo de Locomotion está de vuelta al ruedo, y si no pueden volver al aire, al menos contentan a sus miles de fanáticos avivando la chispa que quedó viva de esa gran fogata. Mientras tanto, los fieles incrédulos aún pueden apoyar la causa por medio de las redes sociales https://www.facebook.com/teamlocomotionoficial



Evangelion, Locomotion, Queen, antiguos bastiones mitológicos que hoy se erigen ante nosotros como templos paganos. No crean que lloramos por los tiempos pasados ratificando aquella frase simplista y negacionista. No todo tiempo pasado fue mejor, pero el futuro es incierto y de eso hay que hacerse cargo.
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Friday, October 30, 2015

¿Qué he hecho yo para escribir esto? Un breve repaso a la filmografía de Pedro Almodóvar

La historia dice así.
Recién despuntaba el año 2000 en Argentina y con él arribaron a la televisión por cable dos películas características de España. La primera era Todo Sobre mi Madre de Pedro Almodóvar, y la segunda, Torrente de Santiago Segura.
Puede ser que los decorados tan barrocos de Almodóvar, o la repugnancia que generaba el personaje insigne de Segura, hayan generado en mí una visión negativa de lo que era la península ibérica, y más puntualmente, de la ciudad de Madrid. Una sensación a encierro me generaba todo lo que acompañaba a aquellas películas.
Debo agregar también, en defensa del país, que mi padre había marchado varios años antes hacia allí y había fijado residencia y una nueva familia en la península. Esto también contribuía a mi forzoso rechazo de la simbología ibérica.
En ese entonces tenía nueve años y ambas películas se forjaban en mi mente como un único relato al cuál había despojado de sus argumentos y los había congelado como meras imágenes de lo indigno.
  
Armaré aquí, un corolario de mis propias confesiones e impresiones del cine de Pedro Almodóvar.
Hace unos pocos años volví a conectarme, y esta vez de forma muy profunda, con el cine del creador manchego. Casualmente el proceso de ver toda su filmografía lo comencé en la mismísima España, en un año marcado por el reencuentro con mi padre y su familia.
En esa nueva aventura pude identificarme, divertirme y experimentar muchas de las artimañas, recovecos y bellezas que habitan en las historias de Almodóvar, y hacia el final, las preguntas que rondan mi cabeza eran cada vez más numerosas.



Al repasar la larga lista de las películas de Almodóvar podemos identificar diferentes estilos y géneros que van sucediéndose a través de los años de producción del autor.
Se suele decir que el director posee tres etapas claramente identificables. Almodóvar no es una marca o una muletilla, ya que va cambiando constantemente aspectos y estéticas de una película a otra. Lo que sí podemos reconocer son figuras usuales, símbolos, y hasta roles que se repiten con alguna variación.
El dominio técnico y formal del cine de Almodóvar fue mejorando con los años y es por eso que sus primeras películas suelen ser agrupadas en un pseudo grupo nominado como etapa experimental. Experimental porque los protagonistas de sus historias suelen ser personas retorcidas, salidas de ese caldo proveniente del under madrilense de donde el mismo autor proviene - tomemos en este caso otro significado de la palabra retorcida, no relacionándola con algo malo si no diferente, despojando aquí la dimensión negativa que se le suele dar a la palabra.
Una clave en Almodóvar es que él mismo escribe y dirige sus propios guiones, aunque varias veces se ha valido de colaboraciones, nunca dirige un guion que él no haya concebido. Esto nos permite entrever que en gran parte de sus relatos hay rasgos autorreferenciales, y también podemos marcar una diferencia entre Almodóvar y los directores que solamente dirigen guiones de otras personas, ya que esto convierte al director guionista, en un intérprete de una obra  propia, como suele suceder en el teatro cuando un director dirige su propia obra o en la música, cuando un compositor dirige o lleva a cabo la ejecución de una pieza propia.



Hagamos una disección de las cosas que más impactan en las películas de Almodóvar. Para empezar propongo que derribemos un prejuicio sobre los argumentos de sus películas. Si bien, algunos títulos como Matador o La piel que Habito en mayor medida, o Carne Trémula y Kika, llegan a marcar ritmos de suspensos hasta rayar con lo incómodo, no hay que dejar de observar que las historias tratan mayoritariamente de amor y del desencuentro. En base a estos ordenadores, podemos ir identificando diferentes lugares comunes en la filmografía del cineasta. La madre que todo lo tolera y que es el pilar de la más disfuncional de las familias, el amante que no soporta la felicidad y se empuja a un abismo de soledad y martirio, son sólo algunos de los personajes que se construyen una y otra vez. También debemos observar que los personajes compuestos no son inmutables si no que poseen una viveza y animación tal que están en constante cambio. Los personajes protagónicos, aquellas figuras que nos cautivan y nos atrapan, son las que se encuentran en constante movimiento y cambio. Sus pasiones y motivos nos son desconocidos la mayoría de las veces y eso puede parecer incomprensible, pero al final podemos percatarnos de que justamente estas personas cambian y no permanecen inmóviles ante el transcurrir del tiempo. Así como sucede en el cine y en la mayoría de las artes, el gusto mayoritario por una obra se logra, en base al nivel de identificación que tiene el público con ésta. Como público, somos adeptos al arte que nos comprende, que nos hace vibrar, que nos estimula y que nos deja un resabio dentro.


Ahora, uno podría preguntarse tranquilamente el porqué de escribir sobre el cine de Pedro Almodóvar.

A partir de 1990, con películas como La Flor de mi Secreto, se empieza a configurar una práctica usual dentro de la narrativa de Almodóvar, que consiste en crear dentro una película el argumento para una nueva. Así es como el personaje de Leo es quien escribe el relato que luego dará forma a Volver. Y así también sucede con la inteligente y acertada selección de casting que nutre y da vida a cada nueva producción. Almodóvar se sirve de un abanico de actores que recorren habitualmente sus películas. El caso más notable es el de Chus Lampreavre que siempre brinda una cuota cómica a cada relato y se ha convertido en un verdadero ícono de la filmografía del director. En La Flor de mi Secreto también observamos una simulación in situ donde el personal de un hospital debe capacitarse para informar a distintos usuarios de la defunción de un pariente. Esta escena se vuelve a repetir en Todo Sobre mi Madre, un film exquisito y el predilecto de quien les escribe. Aquí podemos ver como Manuela, la protagonista encarnada por Cecilia Roth –acaso una de las primeras chicas Almodóvar después de Carmen Maura-, es quien primero instruye y protagoniza aquellas pruebas o capacitaciones, y luego le toca a ella misma vivir la situación real y a sus compañeros les toca dar las malas noticias. Así quien era anteriormente era el actor se convierte en la persona despojándose de cualquier frialdad y falsedad. La tragedia se hace realidad y los personajes cobran dimensión y profundidad al verse involucrados en estas situaciones ahora reales.
De esta manera las películas de Almodóvar se fueron nutriendo de uno de sus rasgos más importantes y trascendentes, su propia simbología. Así, cuando vemos a Javier Cámara, Lola Dueñas y a Cecilia Roth arriba de un mismo avión podemos intuir que el telón está a punto de levantarse. Almodóvar arma su propia compañía itinerante de actuación con la cual recorre nuestras mentes y nutre nuestras mentes.
En base a identificarnos con estos personajes el director juega con nosotros y pone a prueba a su público ¿Cómo podremos identificarnos con un padre que ha perdido a toda su familia y que se encuentra viviendo un crudo infierno si además, es un secuestrador y dueño de una sangre fría digna de un psicópata? ¿Y qué pasa con Raimunda, la protagonista de Volver? ¿Toleramos su iniciativa y su rudeza ante la adversidad pero somos capaces de aceptar que encubra un asesinato? No hay medias tintas en estas películas y nuestra aceptación es llevada hasta el final. Pero aquí Almodóvar no nos cita como jueces ni como testigos, nos cita como partícipes, son nuestras propias pasiones y nuestros propios deseos los que se ven en la pantalla y debemos recordar ante todo que nadie es igual que ayer, todos hemos cambiado.


Con La Flor de mi Secreto también comienza una asociación artística entre Almodóvar y el compositor Alberto Iglesias. A partir de aquí, Iglesias se hará cargo de la banda sonora de cada nueva producción y lo hará con creces. El ritmo del montaje se ve afirmado en buena medida por el dominio compositivo de Iglesias. Antes de asociarse con Iglesias, las películas de Almodóvar tenían contenido y poseían muchas cosas que hoy podemos ver como positivas, pero no poseían un dominio en lo sonoro que fuese admirable y a veces éste ni siquiera lograba ser aceptable. Ahora que la historia ya está escrita podemos afirmar que Iglesias es un compositor Almodovariano, pero sólo por el hecho de que la música de las películas de Almodóvar son de su autoría. Esto no es ninguna nimiedad, sino que es loable reconocer que el universo sonoro de las películas de Almodóvar se ha visto mejorado e incluso ha alcanzado su madurez gracias a Alberto Iglesias.

Éste nuevo universo sonoro de Almodóvar se ve reforzado por el uso escénico de diversos boleros. Por nuestros oídos desfilan interpretaciones de Chavela Vargas, Caetano Veloso y también Sara Montiel. El uso del bolero, con su lírica de desamor y fatalismo nutren a los personajes de una dimensión profunda que nos permite relacionarnos con ese mundo que se nos muestra. Y aquí es donde el universo sonoro y el visual se unen para lograr otro gran acierto de Almodóvar, la representación teatral dentro de las películas. Así vemos a Gael García Bernal imitando a Sara Montiel o a Marisa Paredes cantando un bolero ante una audiencia multitudinaria. Este universo que se conecta con las creaciones de Ingmar Bergman y de Bob Fosse permiten a Almodóvar crear un momento de comunión entre los espectadores y los intérpretes. Aquí el deseo se encarna y nuestras fantasías pueden realizarse aunque sea sólo por período breve. Y para no olvidarnos, mencionemos también ese lado olvidado de las películas que es el doblaje de sonido, donde Almodóvar monta proverbialmente parte de Mujeres al Borde de una Ataque de Nervios o el comienzo de La Ley del Deseo.



Los diálogos cómicos e ingeniosos, la revisión de una sociedad que vuelve a construirse de espaldas a uno de sus periodos más oscuros, la dirección de arte tan atenta y barroca, la sensualidad y aquellos besos, algunos tan desabridos y forzosos como otros tan profundos y sinceros - como el de Antonio Banderas, quizás el primer chico Almodóvar, a Eusebio Poncela en La Ley del Deseo - son lo que nos invitan a revisar una vez más la creación de Pedro Almodóvar. Este artista reafirma como ser humano, la propia creación de uno mismo como individuo y como persona, y la construcción de un universo propio dentro de un marco de fantasía que sabe y se parece mucho, tal vez demasiado, a la realidad.
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Friday, October 16, 2015

Post Scriptum: Where is Jessyca Hide

En julio pasado escribí la nota Where is Jessyca Hide sobre la dirección de arte en las series de televisión. Ahora sumaré a la biblioteca de recomendación la ya finalizada Mad Men.
Un juego de palabras entre AdMen (advertising men), hombre de publicidades y Mad Men, de traducción literal, hombres enojados.

La dirección de arte no es magistral ya que no se hace tanto hincapié en ella en este caso, pero sí se puede apreciar una gran trabajo por la escenificación y la reconstrucción de la época y las costumbres de los ´60, acompañados por un vestuario detallista y más que nada, por un correcto uso de la música. Sí, digo correcto y hasta podría decir audaz ya que la música utilizada es estrictamente de época (una de esas que la gente suele añorar sacando a colación el nunca bien ponderado “todo tiempo pasado es mejor) y refleja los cambios de gustos y tendencias de cada año. Podemos escuchar Cha Cha, Jazz, lo mejor de cada momento y la irrupción del rock y el pop como una erupción volcánica que deja detractores y amantes dentro de la misma serie. Lo que mejor refleja, no es sólo un atento uso de lo mejor del repertorio de la época, si no, la reacción de los personajes y las costumbres ante la diversidad y los nuevos géneros.

Mad Men funciona como una radiografía de época donde podemos experimentar las reacciones de los “americanos” ante los sucesos más relevantes de la década tales como el comienzo de la guerra fría, luego Vietnam, el asesinato de Kennedy y más que nada, toneladas industriales de machismo, exitismo, consumismo y doble moral al mejor estilo American Way. Al comienzo la serie se hace difícil de llevar, al menos, si no dejas de lado los prejuicios y te acostumbras a querer a estos hombres tristes.

Es una pena que la industria de televisión, que tanto suele vanagloriarse sola con los premios Emmy, no haya podido recompensar de manera más grata a una de esas series, que cada tanto, coloca un espejo cruel ante nosotros, no para mostrarnos aquello que más nos gusta ver aunque sea mentira encerrados como Alicia en un viaje fantástico. Este espejo nos recuerda todo aquello que más odiamos y detestamos de nosotros mismos, como costras que se nos adhieren al cuerpo y que no nos podemos quitar.

Si el argumento no convence y el torbellino de vanidad y egoísmo nos avasalla, bueno, siempre se puede escuchar la banda sonora y disfrutar de un viaje gratis a una gran época de la música acompañado de grandes dosis de nostalgia.






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Sunday, October 11, 2015

El debate ausente

2015, año de elecciones en Argentina. Se debate mucho, pero sobre pocos temas y con grandes ausencias de tópicos en la discusión política. Algunos aspirantes a los próximos cargos vacantes hablan sobre un abanico más grande y variado de temas que otros. Los temas de siempre, más polemizados acaparan la agenda y ofuscan temas más escabrosos y quizás, más definitorios que los candidatos y candidatas esquivan, tal vez, con motivo de no pronunciarse para evitar perder votantes indecisos.
Al fondo de la bolsa, quedan los temas de educación y cultura. La agenda se marca sobre los temas más sensibles a la opinión pública, y a veces, como forma de ataque a los gobiernos oficialistas. Se habla mucho de temas de seguridad, tráfico de drogas, corrupción, pero se esquivan las preguntas sobre economía. Parece que todas las respuestas darían un mal sabor de boca a los candidatos, y pocos se atreven a llegar a esas costas tan lejanas.

Nuevamente, el arte parece estar fuera de las definiciones de los gobiernos entrantes. Si bien, la huella y el camino que ha allanado el saliente gobierno nacional sí da mucho para debatir e incluso, para reconocer. La creación del Ministerio de Cultura, la ley de Medios, la apertura del Centro Cultural Néstor Kirchner, el programa de Orquestas Infanto Juveniles, son algunos hitos que han aireado a muchos sectores culturales, que se vieron beneficiados en gran medida y que aún necesitan de mayores estructuraciones e incentivos debido a que son actividades que no generan ingresos económicos ni mueven valores de mercado, que además las políticas de turno suelen ignorar por su fragilidad y profundidad logística y por el poco redito que generan en materia política. Claro que no todo es color de rosa, ya que muchos de estos logros se ven amenazados por la falta de condiciones óptimas en la contratación de muchos trabajadores o los ataques mediáticos sufridos a varios de los nuevos sectores culturales surgidos en los últimos años.

Hay quienes tratan la cultura como si se tratase de una sección prime time, y por momentos da dolor y asomo de lágrimas a muchos, la presencia de los candidatos a ocupar el famoso sillón de Rivadavia en programas como Showmatch o en la mesa de almuerzos más famosa del país. Acaso, la cultura, identidad y valor i
ntrínseco de una nación, muchas veces es ignorada y rezagada al fondo de una lista de necesidades que no son menos importantes para el bienestar de la población, pero que no merecen un trato preferente en desmerecimiento de otras. Se habla de vecinos, de argentinos, de compañeros, pero se desconoce la identidad de esas personas, las características que los hacen únicos y aquello que forja su identidad cultural.
Tanto la inversión, como la desinversión en el campo de la cultura no tienen sus efectos de un día para otro, ni tampoco arrastran corridas bancarias o pánico en el electorado, pero sí afectan a la educación general que a largo plazo, pasarán factura.

El arte y la cultura tienen tanto que ofrecer al bienestar de un país, al desarrollo intelectual de sus habitantes, y más que nada, al desarrollo de sus capacidades creativas e inventivas. Acaso, la similitud del arte con el juego, es tomado como un problema en vez de una ventaja. Como si la inventiva, el ingenio, la improvisación y las formas “poco convencionales” de relacionarse y actuar, fuesen un problema ante lo “convencional” y “establecido”.
Sorprende el pliego de los políticos, por ej. a la visita de un artista como Daniel Barenboim en Argentina, que pregona por la difusión de las actividades musicales en favor del diálogo entre diferentes naciones y religiones. La música favorece el diálogo entre personas, más allá de  sus diferencias políticas o religiosas, esa es la tesis de Barenboim. Hay un sector de la política que pareciese hacer oídos sordos a las palabras de quienes son sus invitados. El diálogo sólo se genera ante una cámara sin micrófono.
El poder de los medios de comunicación es enorme, y por eso mismo se entiende la importancia de los candidatos de estas elecciones de usar esos circuitos ya consolidados. También, al aparecer en los medios, se ratifican los símbolos televisivos y la cultura del prime time y del rating.

La problemática del arte y su función dentro de la sociedad es un debate que siempre estuvo presente en la historia de la civilización humana, y puede que nunca deje de estarlo. Lo que puede sorprender tal vez, no es la escasa amplitud del debate sobre estos temas en el panorama de las elecciones presidenciales, si no, incluso, la ausencia de ideas como una táctica de desconocimiento  al estilo “De eso no hablamos, porque nuestros problemas son más importantes”. Y eso nos lleva a preguntarnos, si la crisis es grande, si nuestras ideas están tan socavadas ¿no podríamos probar nuevas medidas?               
Como cita Oliver Sacks en su libro Musicofilia, los cerebros de las personas que se estimulan en su niñez muestran cambios en su actividad que las personas que no tienen ese estímulo no logran.

¿No vale la pena reforzar y mejorar las políticas de inclusión social por medio del arte? ¿Acaso no sería importante reforzar la tarea del arte, de la expresión y de la creatividad dentro de los colegios?

Para clarificar el asunto deberíamos realizar una supuesta radiografía cultural, y examinar el perfil cultural de cada candidato. Esto nos daría pistas e incluso, podríamos forjar un perfil certero sobre el rol que le atribuyen los candidatos a la cultura, y específicamente al arte. Basta recordar algunas perlas como los reconocimientos culturales a bandas de rock, los grandes recitales con las estrellas del momento, sean en una ciudad o en la costa bonaerense. El problema no es el género ni el estilo, porque el arte vale para todo y no hay que caer en juicios de valor que no vienen a cuento. La cuestión radica en cómo el arte puede ser usado como una herramienta política, y no cualquier arte, sino ciertas partes de éste que sirven para alcanzar a la mayor parte del electorado, como si se tratase de publicidad. La política aquí actúa como adquisidora de símbolos. Existe el arte, que compone el corpus cultural de un sector de la población, y al utilizarlo, la política se sirve de ello para mimetizarse y alcanzar a ese sector.

 Nos quedan muchas más preguntas y aun así las respuestas que tenemos son pocas e insignificantes. Nos queda la crítica y la observación con juicio y perspectiva. A manera de rezo podríamos decir que podemos seguir buscando hasta llegar al momento en que el arte transforme la política, y que no sea de la forma inversa. Que un electorado formado y concientizado del valor del arte dentro de la sociedad y de la cultura pueda defender la posición y la importancia de ésta.
No nos queda mucho más que mirar el horizonte y actuar porque el mañana se parezca mucho más a lo que nuestros sentidos y emociones nos muestran.



Referencias:
Sobre la política y su relación con los medios audiovisuales:


Sobre las propuestas de los candidatos a Presidente:  
                http://queproponen.com.ar/argentina/#propuestas

Sobre la precarización laboral en el Programa de Orquestas:

Musicofilia, Oliver Sackz.

Ed. Anagrama, Barcelona, 2009.
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Friday, October 2, 2015

Comentario mainstream #2

Es momento de hacer una breve parada técnica.

Nada mejor que detenerse, tomar algo, respirar y aprovechar para salirse un poco del guión para realizar unas jugadas atípicas.              
Me gustaría invitar a todas las personas que leen este blog a compartir su contenido por cualquier medio, y también, si gustan, pueden encontrar más cosas vía twitter.
Por supuesto, invito a que comenten y a que dejen mensajes aquí en el blog. El lugar está abierto a discusión y comentarios, y es un gusto para mí tener una devolución.

Quisiera aprovechar el momento, y agradecer a Milagros Amondaray, que de forma muy generosa, reposteó la nota más visitada y requisada del blog, “La música en Ninfómana”. Invito a que pasen por el blog de Milagros a chusmear (Como siempre, recuerden “pinchar” o hacer click, los enlaces en color para acceder a las páginas).

Me desvío de la música, su crítica y su estética, pero quisiera compartir varios canales de YouTube que encuentro muy enriquecedores y que resultan entretenidos e interesantes a la vez. Los canales de YouTube, son como pequeños lugares donde los usuarios asiduos de la página, suben y comparten sus videos, en muchos casos de creación y producción propia.  Hay contenidos para todos los gustos, idiomas, colores y gustos.

En el caso de música, podemos encontrar dos canales muy prolíficos en materia de covers y versiones. Ambos equipos, de manera muy inteligente, han sabido potenciar sus producciones, haciendo visible la creatividad puesta en juego dentro de sus arreglos. Es decir, si suena una matraca casera o un espanta suegras en el arreglo, también nos lo muestran de forma creativa en el video. O sea, aquí tenemos una doble genialidad, un buen arreglo que deviene en un buen video. Una forma cerrada y totalmente intrínseca, en la cuál, es difícil imaginarse un aspecto sin el otro.
Los canales efectivamente son los de Pomplamoose, y los Walk Off the Earth
También, pero en el campo más masivo, están los chicos de Ok Go con sus genialidades todo terreno.


Ahora, no harán música, pero sí realizan contenidos muy interesantes, los muchachos de
Nerdwritter, sobre arte en general, y Every frame a Painting, sobre cine.
Cada segundo vale lo gastado e invertido, y cada video defiende la tesis de que internet ha venido para garantizar un mejor acceso y circulación de la información.
En este caso, permito cerrar con una cita de Juan Carlos Paz, compositor argentino:
"¿Quién fue el ingenuo que afirmó: "nada hay nuevo bajo el sol", cuando en realidad cada día redescubrimos el mundo, contemplándolo con ojos de constante asombro? 
Hay que afirmar todo lo contrario: todo es nuevo bajo el sol, si somos capaces de percibirlo con pupilas perpetuamente renovadas y despiertas".


A crearse una cuenta de YouTube, a suscribirse a los canales y ¡a disfrutar!
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Thursday, July 30, 2015

Eternos y mediocres

“Hablaré por todos los mediocres del mundo.
Yo soy su campeón. Soy su santo protector.
Mediocres de todo el mundo, yo los absuelvo.
Los absuelvo a todos”.

Herr Salieri
en Amadeus, de Milos Forman.

“En la eternidad, sin embargo,
no hay tiempo, como ves:
la eternidad es un instante,
lo suficiente largo para una broma”.

Goethe a Harry Haller
en El Lobo Espetario, de Hermann Hesse.



“Mozart, Mozart ¡Perdona a tu asesino! Lo confieso ¡yo te maté!”. Con estas líneas y en marco de senil desesperación, el personaje de Antonio Salieri comienza su confesión. En esta versión libre de la historia, el personaje del compositor italiano, ofuscado por la fama y por el “verdadero talento” de Mozart, comete los mayores crímenes dentro del arte: el plagio y la obstrucción necia del buen desarrollo de la carrera de un colega.
Amadeus, la película de Milos Forman, supuso en la época de su estreno todo un vuelco de renovada fama, que cubrió también, de un hilo de misterio al genio de Salzburgo. Los espectadores más avezados, supieron al instante que la película carecía de veracidad histórica, y que los documentos clamaban otras cosas. Los tormentos experimentados por Mozart no fueron responsabilidad de su colega italiano. Lamentablemente, el daño ya fue hecho, y la figura de Salieri quedó empañada de un misticismo y de una mala fama digna de Hollywood. Él fue el ladrón y eventualmente, el asesino de Wolfgang Amadeus Mozart.

Lo que sí vio Forman en esta historia fue un material con grandes tintes de intriga novelesca. Una historia que permitiría cautivar a la audiencia.  Un diamante en bruto. No importa si lo que se ve es cierto, las dos horas y media de duración se justifican por si solas. Lo que no se puede negar, es que la historia de Mozart posee muchos atractivos ficcionales, y el hecho de que hayan puntos sin esclarecer, documentos que se han perdido, testimonios sin verificar, hacen más jugoso el misterio y forman la intriga alrededor de una de las personalidades más llamativas de toda la historia occidental.

Este costado de la personalidad de Mozart responde a la célebre frase “Si Mozart hubiera nacido en el siglo XX hubiese sido una estrella de rock”. Hay un germen en la figura del compositor que crea simpatía con las grandes masas. Mozart no es antipático, tal vez como puede resultar Beethoven, y tampoco era una persona de una moral reprobable, como hoy parece ante nuestros ojos Wagner. Mozart no gozó de grandes beneficios luego de perder su juventud virtuosa, y murió en pos de validar su arte y consolidar su figura dentro de un circuito que le era hostil, como lo era la Vienna del siglo XVIII.
Es la figura de Mozart la que cae en lengua popular, y la que más merecedora se hace del credo del “talento natural”, aquello mismo que Salieri pone como obra de una fuerza celestial. Mozart posee el don celestial, él es el elegido.


Nosotros, que no podemos volver en el tiempo y conocer al verdadero Mozart, debemos conformarnos con los registros que han quedado. Lo importante aquí, es que la figura de Wolfgang Amadeus termina de conformarse de manera personal. En referencia con una gran serie  de animación de los años noventa, y a la manera freuddiana, podríamos decir “te saluda el Mozart que hay en mí”. Cada cuál elige, al igual que con cualquier figura histórica, el cariz y el talante que quiere darle, según su gusto e impresión.

Como ejemplo, nos podemos servir aquí de la imagen de un escritor. Y esta vez el material es declaradamente ficcional. Hablamos de la representación de Mozart que aparece en la novela de Herman Hesse, El Lobo Estepario. Aquí, Mozart es un inmortal, uno de los varios personajes que dialogan con Harry Haller, el alter ego del propio autor.
“Hay bastantes personas de índole parecida a como era Harry; muchos artistas principalmente pertenecen a esta especie. Estos hombres tienen todos dentro de sí dos almas, dos naturalezas; en ellos existe lo divino y lo demoníaco, la sangre materna y la paterna, la capacidad de ventura y la capacidad de sufrimiento (…) Así se producen, como preciosa y fugitiva espuma de felicidad sobre el mar de sufrimiento, todas aquellas obras de arte, en las cuales un solo hombre atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino, que su dicha luce como una estrella, y a todos aquellos que la ven, les parece algo eterno y como su propio sueño de felicidad”.

Hesse realiza varias indagaciones sobre la figura de Mozart, y luego, crea una imagen pícara, vivaz, apartándose del registro histórico y volcando su propia impresión y percepción en la lógica del personaje, mezclando al locuaz Pablo, músico de jazz y libertino, con la figura de Mozart.
En diálogo con Harry, Armanda se pregunta, “Mozart. ¿Qué ocurriría con él? ¿Quién gobernó el mundo en su época, quién se llevó la espuma, quién daba el tono y representaba algo: Mozart o los negociantes, Mozart o los hombres adocenados y superficiales? ¿Y cómo murió y fue enterrado? (…) Siempre ha sido así y siempre será igual, que el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte.
-¿Fuera de eso, nada en absoluto?
 -Sí, la eternidad”.

Si nos servimos de la correspondencia dejada por Mozart, tal vez podemos encontrar una imagen opuesta a la propuesta por Forman. Un Mozart religioso y muy respetuoso por su arte. Tal vez, esta sea una construcción más adecuada al carácter de sus obras ¿Cómo alguien tan irrespetuoso podría ser el creador de piezas tan fantásticas? En algo de esto, se asemeja el razonamiento del Salieri de Forman.

En el Tractac del Lobo Estapario se explica: “Cuando adora a sus favoritos entre los inmortales, por ejemplo a Mozart, no lo mira en último término nunca sino con ojos de burgués, y tiende a explicarse doctoralmente la perfección de Mozart sólo por sus altas dotes de músico, en lugar de por la grandeza de su abnegación, paciencia en el sufrimiento e independencia frente a los ideales de la burguesía, por su resignación para con aquel extremo aislamiento, parecido al del huerto de Getsemani, que en torno del que sufre y del que está en trance de reencarnación enrarece toda la atmósfera burguesa hasta convertirla en helado éter cósmico”.
Forman forma un Mozart algo insulso, discriminadamente iluminado por orden y gracia celestial. Hesse nos propone una versión ficcional, un Mozart eterno, acaso uno de esos individuales que componen la cultura occidental y que nunca la abandona.

El cariz dramático de Mozart era gigantesco, y esa característica, a menudo tan olvidada por los intérpretes, es algo que le adjudica gran valor e interés a su música. En sus composiciones hay un fuerte contenido dramático, ese componente que surge del contraste, de dos o más fuerzas que dialogan entre sí. Un lenguaje que muchas veces, trasciende y supera a la palabra, pero que nunca deja de comunicar, de afectar a quien lo escucha. A esto se refería Nikolaus Harnoncourt cuando habla del claro oscuro mozartiano. Una música que posee tanto luz como sombra, y que este rasgo merece ser tenido en cuenta.


En “El diálogo musical”, Harnoncourt elude al llamado cuarteto de la muerte que tiene ocasión en Idomeneo, una de las óperas compuestas por Mozart antes de llegar a sus treinta años. Aquí, la historia se hace patente en la vida de Mozart, ya que el conflicto padre e hijo sucedido en escena es una traducción de la relación del propio compositor con su padre.
En este quinteto los personajes enuncian:

Iré errante, solo; buscando la muerte, en cualquier lugar, hasta que la encuentre.
(…) Serena tu airado gesto, ¡Ah! ¡Se me parte el corazón!
No es posible sufrir más, peor que la muerte, es un dolor así.
Más fiera suerte, mayor castigo, nadie ha probado.

Se hace patente en esta escena el desconsuelo ante lo inevitable. La orquestación y las texturas logradas por Mozart refuerzan los tormentos sucedidos en escena. Al articular la frase “Soffrir più non si può”, los cantantes lo hacen sin acompañamiento orquestal, reforzando una idea de soledad ante el dolor. Cuando la orquesta retoma su parte, lo hace con un acorde diminuido, lo cual refuerza la sensación de tensión. Luego, al momento de decir “Ah il cor mi si divide”, los cantantes lo hacen con notas cortas interrumpiendo la línea melódica indicando agitación y una clara relación con el latir del corazón. Estas son alusiones puramente interpretativas y retóricas, pero que encuentran su correlato con el accionar dramático. Por último, en la última sección del cuarteto, Idomeneo da comienzo a un motivo fugado, el cual se va imitando en las voces de Idamante, Electra e Ilia. El motivo imitado usa la palabra “sofrir” (sufrir) y al pasar por todas las voces podemos relacionar que el sufrimiento es inevitable para todos los seres humanos, pero que cada quién lo hace a su propia manera y por diversos motivos. Al realizar un procedimiento imitativo, similar a una fuga, Mozart podría estar anunciando la inevitabilidad de la trama.

Mozart confiere un enigma a cómo vemos hoy en día nuestro pasado. Muchas personas han ofrecido interpretaciones a su personalidad, y depende de cada uno elegir qué “Mozart” conviene llevar a casa.
El consenso llega cuando se reconoce que se habla de una de las figuras más llamativas de la historia occidental y que, lamentablemente como muchos de sus colegas, no ha disfrutado de un buen pasar por el plano terrenal ni ha ganado la reputación que se le adjudica hoy en día.
Sin pasar a un plano más ingenuo y naif, podemos analizar lo que tenemos a disposición para sacar propias conclusiones.
Tal vez, la obra que más nos deje una sensación de cierre y breve final, es el Requiem, la última composición realizada por Wolfgang Amadeus, y quizás la más autobiográfica.
Dos versiones puedo atreverme a recomendar. La última realizada por Claudio Abbado en el Festival de Lucerna en el año 2013, y la grabación de Nikolaus Harnoncourt para Sony con el Concentus Musicus Wien. Ambas versiones demuestran que hay diálogo en la música de Mozart, y que dentro de ella hay luz y sombra, verdades alumbradas acaso. Un hermoso claroscuro.
Estas obras merecen un claro reposo y un momento de reflexión para una de las figuras más llamativas de la historia del hombre occidental. Acaso, el amigo que todos hubiésemos querido tener o el hermano que todos hubiésemos querido salvar.














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Thursday, July 23, 2015

Where is Jessica Hyde?

¿De qué hablamos cuando nos referimos a la estética de una serie de televisión? ¿Y a qué nos referimos cuando hablamos de puesta en escena o la dirección de arte?


La dirección de arte es un aspecto muy importante dentro de la realización audiovisual, y muchas veces, donde encontramos los descuidos o las discordancias es en la utilización de la música dentro de una serie o una película. Nos referimos a puesta en escena, no sólo a la disposición de los elementos dentro del cuadro, sino también a la elección del vestuario, locaciones, mueblería, y un montón más de detalles que ayudan a crear el universo simbólico de cada serie o película. Todos esos aspectos deben estar en concordancia y trabajar juntos, para reforzar el mismo significado y ayudar a la construcción e identificación de los personajes y de la trama.

Utilicemos tres series diferentes que han ocupado mi  atención en estos últimos meses. Me refiero a Game of Thrones, Utopia y Vikings, respectivamente. Sus argumentos son distintos, y sus estilos  y estéticas, mucho más. Las tres tienen rasgos en común y públicos muy diferentes, pero se pueden comparar entre sí, gracias a la música y su utilización para crear dentro de una historia ficticia, un universo de sentido propio.

Game of Thrones es una serie que hoy en día causa furor. Tal vez sea el título que más fanáticos moviliza en la actualidad alrededor del globo, y es lo que más sorprende, ya que se trata de una serie de género fantástico, pero claramente, con muchos rasgos del medioevo propio.
Una cruza de historias fantásticas, con alto contenido de traición, engaño y maldad, Game of Thrones (GOT) funciona en base a lo peor de los instintos humanos. Hemos analizado la utilización de la música en esta serie, pero podemos ampliar un poco más aquí, y es que, justamente GOT es el ejemplo que más paradojas posee. Acaso nos sorprende el nivel de crueldad y las sorpresas reservadas dentro del argumento, porque los personajes y sus contextos remiten a distintos períodos de la historia de la humanidad.

Cuando nos referimos a la música de GOT, no podemos referirnos al folclore de algún país o zona geográfica en particular, ni tampoco a ciertos instrumentos. La utilización de la música pocas veces ha servido aquí, para reforzar una identidad propia del universo fantástico creado por George R. R. Martin, sino que solamente, ha podido acompañar las imágenes de forma pobre, y a veces, sin sentido. La desventaja de GOT es justamente esa, su universo está tan vinculado a la historia real, que no puede terminar de forjar su identidad, su folclore, su propia cultura. Todo nos sabe entonces, a versión libre de la historia de la humanidad.

En Vikings, una serie situada en personajes históricos, la música brinda un contexto situacional, refuerza la cultura de los personajes y sus costumbres. No escuchamos instrumentos modernos, si no, bandas que tratan de ejecutar el folclore tradicional de las zonas escandinavas. Aquí, es un logro de la producción, la participación de bandas europeas especializadas en los estilos antiguos del llamado, folclore pagano (pagan folk), como Wardruna.
Lo que la mayoría de la audiencia celebra en Vikings es la dosis justa de historicismo y de riqueza argumental. La serie tiene un propósito concreto, documentar y recrear a un pueblo y su época, pero también debe entretener a su audiencia, y engañarla de vez en cuando. Por supuesto, los escritores de la serie deben poder ingeniarse y guardar algunos golpes de efecto, ya que el destino de la serie y sus personajes se encuentra a dos clicks de distancia por medio de cualquier enciclopedia web.


Colores fluo, efectos psicodélicos y una estética de supermercado de pesadilla, en Utopia, el futuro es el presente y ya no presenta una visita al pasado, si no, a un futuro muy próximo, que espera a la vuelta de la esquina.
La dirección de arte en Utopia no tiene el propósito de pasar desapercibida, como aquellos detalles listos para ser notados por el espectador más ducho y atento. En Utopia, la serie es la dirección de arte, y está al servicio de transmitir una sensación de falsedad y de plástico, de futuro probeta. Una estética tecno que se impregna en la ropa, los muebles, los autos y todo a su alrededor. La música aquí, cumple un rol fundamental, ya que las composiciones realizadas por Cristóbal Tapia de Veer, acompañan y refuerzan esa misma estética fluo e incandescente. Los sonidos sintetizados dejan paso a voces procesadas, órganos y diferentes tipos de texturas que juegan en base a diferentes motivos musicales que vuelven según los personajes y a situaciones específicas que se muestran en pantalla.
En Utopia todo forma parte de un mismo molde, uno que debiese ser roto, pero que nadie puede transgredir. Una sensación de incomodidad y rechazo invade a la audiencia constantemente. Los sonidos aturden, los colores encandecen y la moral se retuerce al plantear sucesivamente los dilemas morales que nadie quiere sacar a colación.

Las tres series ponen al espectador en una ardid diferente. Vikings y Game of Thrones corren con la ventaja de que el espectador puede tomar distancia de ellas, ya que funcionan en la fantasía y en un historia que ya quedó en los libros. Utopia, en cambio, presenta problemas que aquejan a parte del mundo hoy, y que si no fuese por su estética tan llamativa, debería poder tomarse más en serio.


El contenido simbólico de estas series varía y no se presenta  del mismo modo en todas. Vemos de a poco, que cada aspecto  ayuda a reforzar o a difuminar el contenido tratado, como si todo lo que se muestra y se pone en escena tuviese una contraindicación. Lo que no percatan y controlan los realizadores, será un escape y un hueco dentro del contenido del resultado final. 
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Saturday, June 20, 2015

Teatro Total

“¿Quieren el teatro total?”
Así comenzaba Mauricio Kagel una conferencia dictada en los Cursos Internacionales de Música Contemporánea de Darmstadt, Alemania, un lugar que ha sabido ser el epicentro de la discusión sobre la composición contemporánea del siglo XX.

Kagel marcó una amplia diferenciación entre el teatro total y la ópera, tratando de ampliar el género en busca de nuevos espacios y lenguajes, hacia los costados inexplorados por sus antecesores.
Momento paradójico vivimos ahora en el siglo XXI, lejos de la concepción teatral de Kagel, pero donde la ópera busca reavivar inquietudes en el público y sus gestores tratan bien, de alejarla a los nuevos públicos o bien, de acercarla, en carácter formativo y pluralista.

Fue reciente la noticia en ElPaís, donde remarcaban la exitosa temporada vivida por Broadway, meca del musical (o calle de oro del teatro), acaso un hermano “menor”,  y que goza de más popularidad y salud hoy en día, que la ópera. La sorpresa radica en el hecho de que, mientras las grandes casas de ópera se ven obligadas a difundir sin tregua sus programaciones, a realizar puestas en escenas atractivas para públicos que no están familiarizados con el género, y en muchos casos, con la mala economía de la que goza un género de alto grado de costos. Midiendo en términos capitalistas, el musical es un éxito y la ópera un fracaso, en base a sus ingresos y su rédito económico. Así se podría decir que la ópera es un fracaso y el musical, un suceso.

Tanto el teatro musical, como la ópera o la comedia musical, pertenecen al  género teatral y poseen tanto música como escena en sus características, pero no son exactamente lo mismo. O en todo caso, sus públicos no son los mismos.


Podemos observar diferentes gestiones, y diferentes esfuerzos en la escena operística de la Argentina. La actual temporada del Teatro Argentino se anima a buscar nuevos públicos para un género que en anteriores años no ha podido captar la atención suficiente como para llenar su sala. La pregunta en este caso sería si errores de antiguas gestiones obligan a replantear la organización de un ente estatal, que funciona en base a los impuestos de toda una provincia. El Teatro Colón, trabaja en otra vereda, acaso más tradicional. Entradas a valores altos con mayor recepción del público en los títulos “tradicionales” y sala a medio llenar en los títulos que suponen una novedad. El parámetro cambia, cuando se habla de logro artístico o de logro económico. La ópera, tanto como el arte en sí, en términos políticos, resulta más una incógnita que una respuesta.


Por lo pronto, la pregunta de Mauricio Kagel sigue vigente, y como decía Fígaro, en la célebre ópera que Mozart y Da Ponte supieron moldear “Para terminar felizmente y a la usanza teatral, una escena matrimonial,  ahora haremos seguir”.
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