Friday, October 30, 2015

¿Qué he hecho yo para escribir esto? Un breve repaso a la filmografía de Pedro Almodóvar

La historia dice así.
Recién despuntaba el año 2000 en Argentina y con él arribaron a la televisión por cable dos películas características de España. La primera era Todo Sobre mi Madre de Pedro Almodóvar, y la segunda, Torrente de Santiago Segura.
Puede ser que los decorados tan barrocos de Almodóvar, o la repugnancia que generaba el personaje insigne de Segura, hayan generado en mí una visión negativa de lo que era la península ibérica, y más puntualmente, de la ciudad de Madrid. Una sensación a encierro me generaba todo lo que acompañaba a aquellas películas.
Debo agregar también, en defensa del país, que mi padre había marchado varios años antes hacia allí y había fijado residencia y una nueva familia en la península. Esto también contribuía a mi forzoso rechazo de la simbología ibérica.
En ese entonces tenía nueve años y ambas películas se forjaban en mi mente como un único relato al cuál había despojado de sus argumentos y los había congelado como meras imágenes de lo indigno.
  
Armaré aquí, un corolario de mis propias confesiones e impresiones del cine de Pedro Almodóvar.
Hace unos pocos años volví a conectarme, y esta vez de forma muy profunda, con el cine del creador manchego. Casualmente el proceso de ver toda su filmografía lo comencé en la mismísima España, en un año marcado por el reencuentro con mi padre y su familia.
En esa nueva aventura pude identificarme, divertirme y experimentar muchas de las artimañas, recovecos y bellezas que habitan en las historias de Almodóvar, y hacia el final, las preguntas que rondan mi cabeza eran cada vez más numerosas.



Al repasar la larga lista de las películas de Almodóvar podemos identificar diferentes estilos y géneros que van sucediéndose a través de los años de producción del autor.
Se suele decir que el director posee tres etapas claramente identificables. Almodóvar no es una marca o una muletilla, ya que va cambiando constantemente aspectos y estéticas de una película a otra. Lo que sí podemos reconocer son figuras usuales, símbolos, y hasta roles que se repiten con alguna variación.
El dominio técnico y formal del cine de Almodóvar fue mejorando con los años y es por eso que sus primeras películas suelen ser agrupadas en un pseudo grupo nominado como etapa experimental. Experimental porque los protagonistas de sus historias suelen ser personas retorcidas, salidas de ese caldo proveniente del under madrilense de donde el mismo autor proviene - tomemos en este caso otro significado de la palabra retorcida, no relacionándola con algo malo si no diferente, despojando aquí la dimensión negativa que se le suele dar a la palabra.
Una clave en Almodóvar es que él mismo escribe y dirige sus propios guiones, aunque varias veces se ha valido de colaboraciones, nunca dirige un guion que él no haya concebido. Esto nos permite entrever que en gran parte de sus relatos hay rasgos autorreferenciales, y también podemos marcar una diferencia entre Almodóvar y los directores que solamente dirigen guiones de otras personas, ya que esto convierte al director guionista, en un intérprete de una obra  propia, como suele suceder en el teatro cuando un director dirige su propia obra o en la música, cuando un compositor dirige o lleva a cabo la ejecución de una pieza propia.



Hagamos una disección de las cosas que más impactan en las películas de Almodóvar. Para empezar propongo que derribemos un prejuicio sobre los argumentos de sus películas. Si bien, algunos títulos como Matador o La piel que Habito en mayor medida, o Carne Trémula y Kika, llegan a marcar ritmos de suspensos hasta rayar con lo incómodo, no hay que dejar de observar que las historias tratan mayoritariamente de amor y del desencuentro. En base a estos ordenadores, podemos ir identificando diferentes lugares comunes en la filmografía del cineasta. La madre que todo lo tolera y que es el pilar de la más disfuncional de las familias, el amante que no soporta la felicidad y se empuja a un abismo de soledad y martirio, son sólo algunos de los personajes que se construyen una y otra vez. También debemos observar que los personajes compuestos no son inmutables si no que poseen una viveza y animación tal que están en constante cambio. Los personajes protagónicos, aquellas figuras que nos cautivan y nos atrapan, son las que se encuentran en constante movimiento y cambio. Sus pasiones y motivos nos son desconocidos la mayoría de las veces y eso puede parecer incomprensible, pero al final podemos percatarnos de que justamente estas personas cambian y no permanecen inmóviles ante el transcurrir del tiempo. Así como sucede en el cine y en la mayoría de las artes, el gusto mayoritario por una obra se logra, en base al nivel de identificación que tiene el público con ésta. Como público, somos adeptos al arte que nos comprende, que nos hace vibrar, que nos estimula y que nos deja un resabio dentro.


Ahora, uno podría preguntarse tranquilamente el porqué de escribir sobre el cine de Pedro Almodóvar.

A partir de 1990, con películas como La Flor de mi Secreto, se empieza a configurar una práctica usual dentro de la narrativa de Almodóvar, que consiste en crear dentro una película el argumento para una nueva. Así es como el personaje de Leo es quien escribe el relato que luego dará forma a Volver. Y así también sucede con la inteligente y acertada selección de casting que nutre y da vida a cada nueva producción. Almodóvar se sirve de un abanico de actores que recorren habitualmente sus películas. El caso más notable es el de Chus Lampreavre que siempre brinda una cuota cómica a cada relato y se ha convertido en un verdadero ícono de la filmografía del director. En La Flor de mi Secreto también observamos una simulación in situ donde el personal de un hospital debe capacitarse para informar a distintos usuarios de la defunción de un pariente. Esta escena se vuelve a repetir en Todo Sobre mi Madre, un film exquisito y el predilecto de quien les escribe. Aquí podemos ver como Manuela, la protagonista encarnada por Cecilia Roth –acaso una de las primeras chicas Almodóvar después de Carmen Maura-, es quien primero instruye y protagoniza aquellas pruebas o capacitaciones, y luego le toca a ella misma vivir la situación real y a sus compañeros les toca dar las malas noticias. Así quien era anteriormente era el actor se convierte en la persona despojándose de cualquier frialdad y falsedad. La tragedia se hace realidad y los personajes cobran dimensión y profundidad al verse involucrados en estas situaciones ahora reales.
De esta manera las películas de Almodóvar se fueron nutriendo de uno de sus rasgos más importantes y trascendentes, su propia simbología. Así, cuando vemos a Javier Cámara, Lola Dueñas y a Cecilia Roth arriba de un mismo avión podemos intuir que el telón está a punto de levantarse. Almodóvar arma su propia compañía itinerante de actuación con la cual recorre nuestras mentes y nutre nuestras mentes.
En base a identificarnos con estos personajes el director juega con nosotros y pone a prueba a su público ¿Cómo podremos identificarnos con un padre que ha perdido a toda su familia y que se encuentra viviendo un crudo infierno si además, es un secuestrador y dueño de una sangre fría digna de un psicópata? ¿Y qué pasa con Raimunda, la protagonista de Volver? ¿Toleramos su iniciativa y su rudeza ante la adversidad pero somos capaces de aceptar que encubra un asesinato? No hay medias tintas en estas películas y nuestra aceptación es llevada hasta el final. Pero aquí Almodóvar no nos cita como jueces ni como testigos, nos cita como partícipes, son nuestras propias pasiones y nuestros propios deseos los que se ven en la pantalla y debemos recordar ante todo que nadie es igual que ayer, todos hemos cambiado.


Con La Flor de mi Secreto también comienza una asociación artística entre Almodóvar y el compositor Alberto Iglesias. A partir de aquí, Iglesias se hará cargo de la banda sonora de cada nueva producción y lo hará con creces. El ritmo del montaje se ve afirmado en buena medida por el dominio compositivo de Iglesias. Antes de asociarse con Iglesias, las películas de Almodóvar tenían contenido y poseían muchas cosas que hoy podemos ver como positivas, pero no poseían un dominio en lo sonoro que fuese admirable y a veces éste ni siquiera lograba ser aceptable. Ahora que la historia ya está escrita podemos afirmar que Iglesias es un compositor Almodovariano, pero sólo por el hecho de que la música de las películas de Almodóvar son de su autoría. Esto no es ninguna nimiedad, sino que es loable reconocer que el universo sonoro de las películas de Almodóvar se ha visto mejorado e incluso ha alcanzado su madurez gracias a Alberto Iglesias.

Éste nuevo universo sonoro de Almodóvar se ve reforzado por el uso escénico de diversos boleros. Por nuestros oídos desfilan interpretaciones de Chavela Vargas, Caetano Veloso y también Sara Montiel. El uso del bolero, con su lírica de desamor y fatalismo nutren a los personajes de una dimensión profunda que nos permite relacionarnos con ese mundo que se nos muestra. Y aquí es donde el universo sonoro y el visual se unen para lograr otro gran acierto de Almodóvar, la representación teatral dentro de las películas. Así vemos a Gael García Bernal imitando a Sara Montiel o a Marisa Paredes cantando un bolero ante una audiencia multitudinaria. Este universo que se conecta con las creaciones de Ingmar Bergman y de Bob Fosse permiten a Almodóvar crear un momento de comunión entre los espectadores y los intérpretes. Aquí el deseo se encarna y nuestras fantasías pueden realizarse aunque sea sólo por período breve. Y para no olvidarnos, mencionemos también ese lado olvidado de las películas que es el doblaje de sonido, donde Almodóvar monta proverbialmente parte de Mujeres al Borde de una Ataque de Nervios o el comienzo de La Ley del Deseo.



Los diálogos cómicos e ingeniosos, la revisión de una sociedad que vuelve a construirse de espaldas a uno de sus periodos más oscuros, la dirección de arte tan atenta y barroca, la sensualidad y aquellos besos, algunos tan desabridos y forzosos como otros tan profundos y sinceros - como el de Antonio Banderas, quizás el primer chico Almodóvar, a Eusebio Poncela en La Ley del Deseo - son lo que nos invitan a revisar una vez más la creación de Pedro Almodóvar. Este artista reafirma como ser humano, la propia creación de uno mismo como individuo y como persona, y la construcción de un universo propio dentro de un marco de fantasía que sabe y se parece mucho, tal vez demasiado, a la realidad.
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Friday, October 16, 2015

Post Scriptum: Where is Jessyca Hide

En julio pasado escribí la nota Where is Jessyca Hide sobre la dirección de arte en las series de televisión. Ahora sumaré a la biblioteca de recomendación la ya finalizada Mad Men.
Un juego de palabras entre AdMen (advertising men), hombre de publicidades y Mad Men, de traducción literal, hombres enojados.

La dirección de arte no es magistral ya que no se hace tanto hincapié en ella en este caso, pero sí se puede apreciar una gran trabajo por la escenificación y la reconstrucción de la época y las costumbres de los ´60, acompañados por un vestuario detallista y más que nada, por un correcto uso de la música. Sí, digo correcto y hasta podría decir audaz ya que la música utilizada es estrictamente de época (una de esas que la gente suele añorar sacando a colación el nunca bien ponderado “todo tiempo pasado es mejor) y refleja los cambios de gustos y tendencias de cada año. Podemos escuchar Cha Cha, Jazz, lo mejor de cada momento y la irrupción del rock y el pop como una erupción volcánica que deja detractores y amantes dentro de la misma serie. Lo que mejor refleja, no es sólo un atento uso de lo mejor del repertorio de la época, si no, la reacción de los personajes y las costumbres ante la diversidad y los nuevos géneros.

Mad Men funciona como una radiografía de época donde podemos experimentar las reacciones de los “americanos” ante los sucesos más relevantes de la década tales como el comienzo de la guerra fría, luego Vietnam, el asesinato de Kennedy y más que nada, toneladas industriales de machismo, exitismo, consumismo y doble moral al mejor estilo American Way. Al comienzo la serie se hace difícil de llevar, al menos, si no dejas de lado los prejuicios y te acostumbras a querer a estos hombres tristes.

Es una pena que la industria de televisión, que tanto suele vanagloriarse sola con los premios Emmy, no haya podido recompensar de manera más grata a una de esas series, que cada tanto, coloca un espejo cruel ante nosotros, no para mostrarnos aquello que más nos gusta ver aunque sea mentira encerrados como Alicia en un viaje fantástico. Este espejo nos recuerda todo aquello que más odiamos y detestamos de nosotros mismos, como costras que se nos adhieren al cuerpo y que no nos podemos quitar.

Si el argumento no convence y el torbellino de vanidad y egoísmo nos avasalla, bueno, siempre se puede escuchar la banda sonora y disfrutar de un viaje gratis a una gran época de la música acompañado de grandes dosis de nostalgia.






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Sunday, October 11, 2015

El debate ausente

2015, año de elecciones en Argentina. Se debate mucho, pero sobre pocos temas y con grandes ausencias de tópicos en la discusión política. Algunos aspirantes a los próximos cargos vacantes hablan sobre un abanico más grande y variado de temas que otros. Los temas de siempre, más polemizados acaparan la agenda y ofuscan temas más escabrosos y quizás, más definitorios que los candidatos y candidatas esquivan, tal vez, con motivo de no pronunciarse para evitar perder votantes indecisos.
Al fondo de la bolsa, quedan los temas de educación y cultura. La agenda se marca sobre los temas más sensibles a la opinión pública, y a veces, como forma de ataque a los gobiernos oficialistas. Se habla mucho de temas de seguridad, tráfico de drogas, corrupción, pero se esquivan las preguntas sobre economía. Parece que todas las respuestas darían un mal sabor de boca a los candidatos, y pocos se atreven a llegar a esas costas tan lejanas.

Nuevamente, el arte parece estar fuera de las definiciones de los gobiernos entrantes. Si bien, la huella y el camino que ha allanado el saliente gobierno nacional sí da mucho para debatir e incluso, para reconocer. La creación del Ministerio de Cultura, la ley de Medios, la apertura del Centro Cultural Néstor Kirchner, el programa de Orquestas Infanto Juveniles, son algunos hitos que han aireado a muchos sectores culturales, que se vieron beneficiados en gran medida y que aún necesitan de mayores estructuraciones e incentivos debido a que son actividades que no generan ingresos económicos ni mueven valores de mercado, que además las políticas de turno suelen ignorar por su fragilidad y profundidad logística y por el poco redito que generan en materia política. Claro que no todo es color de rosa, ya que muchos de estos logros se ven amenazados por la falta de condiciones óptimas en la contratación de muchos trabajadores o los ataques mediáticos sufridos a varios de los nuevos sectores culturales surgidos en los últimos años.

Hay quienes tratan la cultura como si se tratase de una sección prime time, y por momentos da dolor y asomo de lágrimas a muchos, la presencia de los candidatos a ocupar el famoso sillón de Rivadavia en programas como Showmatch o en la mesa de almuerzos más famosa del país. Acaso, la cultura, identidad y valor i
ntrínseco de una nación, muchas veces es ignorada y rezagada al fondo de una lista de necesidades que no son menos importantes para el bienestar de la población, pero que no merecen un trato preferente en desmerecimiento de otras. Se habla de vecinos, de argentinos, de compañeros, pero se desconoce la identidad de esas personas, las características que los hacen únicos y aquello que forja su identidad cultural.
Tanto la inversión, como la desinversión en el campo de la cultura no tienen sus efectos de un día para otro, ni tampoco arrastran corridas bancarias o pánico en el electorado, pero sí afectan a la educación general que a largo plazo, pasarán factura.

El arte y la cultura tienen tanto que ofrecer al bienestar de un país, al desarrollo intelectual de sus habitantes, y más que nada, al desarrollo de sus capacidades creativas e inventivas. Acaso, la similitud del arte con el juego, es tomado como un problema en vez de una ventaja. Como si la inventiva, el ingenio, la improvisación y las formas “poco convencionales” de relacionarse y actuar, fuesen un problema ante lo “convencional” y “establecido”.
Sorprende el pliego de los políticos, por ej. a la visita de un artista como Daniel Barenboim en Argentina, que pregona por la difusión de las actividades musicales en favor del diálogo entre diferentes naciones y religiones. La música favorece el diálogo entre personas, más allá de  sus diferencias políticas o religiosas, esa es la tesis de Barenboim. Hay un sector de la política que pareciese hacer oídos sordos a las palabras de quienes son sus invitados. El diálogo sólo se genera ante una cámara sin micrófono.
El poder de los medios de comunicación es enorme, y por eso mismo se entiende la importancia de los candidatos de estas elecciones de usar esos circuitos ya consolidados. También, al aparecer en los medios, se ratifican los símbolos televisivos y la cultura del prime time y del rating.

La problemática del arte y su función dentro de la sociedad es un debate que siempre estuvo presente en la historia de la civilización humana, y puede que nunca deje de estarlo. Lo que puede sorprender tal vez, no es la escasa amplitud del debate sobre estos temas en el panorama de las elecciones presidenciales, si no, incluso, la ausencia de ideas como una táctica de desconocimiento  al estilo “De eso no hablamos, porque nuestros problemas son más importantes”. Y eso nos lleva a preguntarnos, si la crisis es grande, si nuestras ideas están tan socavadas ¿no podríamos probar nuevas medidas?               
Como cita Oliver Sacks en su libro Musicofilia, los cerebros de las personas que se estimulan en su niñez muestran cambios en su actividad que las personas que no tienen ese estímulo no logran.

¿No vale la pena reforzar y mejorar las políticas de inclusión social por medio del arte? ¿Acaso no sería importante reforzar la tarea del arte, de la expresión y de la creatividad dentro de los colegios?

Para clarificar el asunto deberíamos realizar una supuesta radiografía cultural, y examinar el perfil cultural de cada candidato. Esto nos daría pistas e incluso, podríamos forjar un perfil certero sobre el rol que le atribuyen los candidatos a la cultura, y específicamente al arte. Basta recordar algunas perlas como los reconocimientos culturales a bandas de rock, los grandes recitales con las estrellas del momento, sean en una ciudad o en la costa bonaerense. El problema no es el género ni el estilo, porque el arte vale para todo y no hay que caer en juicios de valor que no vienen a cuento. La cuestión radica en cómo el arte puede ser usado como una herramienta política, y no cualquier arte, sino ciertas partes de éste que sirven para alcanzar a la mayor parte del electorado, como si se tratase de publicidad. La política aquí actúa como adquisidora de símbolos. Existe el arte, que compone el corpus cultural de un sector de la población, y al utilizarlo, la política se sirve de ello para mimetizarse y alcanzar a ese sector.

 Nos quedan muchas más preguntas y aun así las respuestas que tenemos son pocas e insignificantes. Nos queda la crítica y la observación con juicio y perspectiva. A manera de rezo podríamos decir que podemos seguir buscando hasta llegar al momento en que el arte transforme la política, y que no sea de la forma inversa. Que un electorado formado y concientizado del valor del arte dentro de la sociedad y de la cultura pueda defender la posición y la importancia de ésta.
No nos queda mucho más que mirar el horizonte y actuar porque el mañana se parezca mucho más a lo que nuestros sentidos y emociones nos muestran.



Referencias:
Sobre la política y su relación con los medios audiovisuales:


Sobre las propuestas de los candidatos a Presidente:  
                http://queproponen.com.ar/argentina/#propuestas

Sobre la precarización laboral en el Programa de Orquestas:

Musicofilia, Oliver Sackz.

Ed. Anagrama, Barcelona, 2009.
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Friday, October 2, 2015

Comentario mainstream #2

Es momento de hacer una breve parada técnica.

Nada mejor que detenerse, tomar algo, respirar y aprovechar para salirse un poco del guión para realizar unas jugadas atípicas.              
Me gustaría invitar a todas las personas que leen este blog a compartir su contenido por cualquier medio, y también, si gustan, pueden encontrar más cosas vía twitter.
Por supuesto, invito a que comenten y a que dejen mensajes aquí en el blog. El lugar está abierto a discusión y comentarios, y es un gusto para mí tener una devolución.

Quisiera aprovechar el momento, y agradecer a Milagros Amondaray, que de forma muy generosa, reposteó la nota más visitada y requisada del blog, “La música en Ninfómana”. Invito a que pasen por el blog de Milagros a chusmear (Como siempre, recuerden “pinchar” o hacer click, los enlaces en color para acceder a las páginas).

Me desvío de la música, su crítica y su estética, pero quisiera compartir varios canales de YouTube que encuentro muy enriquecedores y que resultan entretenidos e interesantes a la vez. Los canales de YouTube, son como pequeños lugares donde los usuarios asiduos de la página, suben y comparten sus videos, en muchos casos de creación y producción propia.  Hay contenidos para todos los gustos, idiomas, colores y gustos.

En el caso de música, podemos encontrar dos canales muy prolíficos en materia de covers y versiones. Ambos equipos, de manera muy inteligente, han sabido potenciar sus producciones, haciendo visible la creatividad puesta en juego dentro de sus arreglos. Es decir, si suena una matraca casera o un espanta suegras en el arreglo, también nos lo muestran de forma creativa en el video. O sea, aquí tenemos una doble genialidad, un buen arreglo que deviene en un buen video. Una forma cerrada y totalmente intrínseca, en la cuál, es difícil imaginarse un aspecto sin el otro.
Los canales efectivamente son los de Pomplamoose, y los Walk Off the Earth
También, pero en el campo más masivo, están los chicos de Ok Go con sus genialidades todo terreno.


Ahora, no harán música, pero sí realizan contenidos muy interesantes, los muchachos de
Nerdwritter, sobre arte en general, y Every frame a Painting, sobre cine.
Cada segundo vale lo gastado e invertido, y cada video defiende la tesis de que internet ha venido para garantizar un mejor acceso y circulación de la información.
En este caso, permito cerrar con una cita de Juan Carlos Paz, compositor argentino:
"¿Quién fue el ingenuo que afirmó: "nada hay nuevo bajo el sol", cuando en realidad cada día redescubrimos el mundo, contemplándolo con ojos de constante asombro? 
Hay que afirmar todo lo contrario: todo es nuevo bajo el sol, si somos capaces de percibirlo con pupilas perpetuamente renovadas y despiertas".


A crearse una cuenta de YouTube, a suscribirse a los canales y ¡a disfrutar!
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