Thursday, September 25, 2014

Versiones

Siempre me gustó buscar excusas para hablar de algún tema. Aquí hay una excusa cotidiana: Tranquilamente me dirigía a una clase andando en bicicleta. La calle estaba tranquila y poco transitada, hasta que repentinamente escucho detrás de mí, música proveniente de un auto en movimiento. El auto pasó a velocidad, pero yo quedé reflexionando acerca de lo que había escuchado brevemente. Claramente era un tema que conocía, pero lo que me desconcertaba era el idioma. Había sido cantado en castellano y yo recordaba una letra en inglés. Teniendo en cuenta el castellano del cantante y el ritmo de cumbia reinante, pude sacar la conclusión de que se trató de un cover, de esos que están tan de moda últimamente.
La situación del auto pasando covers de cumbia me rondó la cabeza toda la tarde y terminé recabando en las características de un cover.
La palabra del inglés, cover significa cubrir en castellano, y en términos musicales significa realizar una versión de una canción ya registrada. El cover funciona generalmente como un homenaje, ya que se supone que se interpretan solo las canciones que a los artistas les agradan o que los han influenciado. En el circuito de la música pop, no solamente se realizan covers de canciones cuyo gusto personal abala, si no que se hacen, aquellas canciones que los productores o discográficas aseguran que darán visibilidad a los artistas. Ejemplos de sobra existen sobre artistas conocidos que, luego de años de poca aparición mediática, vuelven a estar en escena gracias a un cover.
Este momento, es uno de los pocos donde los artistas renuncian a su rótulo de compositores – intérpretes, por solamente, del de intérpretes.

Veamos algunos ejemplos de diferente índole para profundizar en la cuestión.

La banda de heavy metal, O'connor, realizó un disco enteramente de covers llamado “Una cuestión de respeto”. Es interesante fijarse que en YouTube, estos covers poseen más visibilidad y alcance, que los propios temas de dicha banda. Es aquí cuando comprobamos que un cover, como estrategia comercial, es infalible.   
En el caso del tema de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Yo Caníbal , podemos escuchar como solamente, O’connor se propuso “actualizar” la grabación original, sumando una masterización reciente y un sonido digital. Si comparamos el original con el cover, la interpretación es similar a un alto grado, exceptuando la distorsión más comprimida de la guitarra y del bajo, y el tempo más ágil. Con Ana no duerme, de Luis Alberto Spinetta, O'connor despliega varios recursos más, entre los cuáles se encuentra el timbre aguerrido del cantante diferenciado de la vocalidad ligera de Spinetta. Ahora podemos observar como del cover mimético de Yo caníbal, se deja paso a una interpretación más marcada; a lo que llamamos un arreglo.
Ana no duerme revela una composición que ha marcado la experimentación y la ruptura del género canción-rock en la escena nacional. En la versión de O’connor podemos escuchar acentuado el carácter duro y exponente del hardrock, tan característico de la banda. El doble bombo y el cantante marcan el camino para una versión más pesada y agresiva de este clásico del rock argentino. En el caso del colectivo realizado por varios artistas de diferentes bandas, titulado Romaphonic Sessions, podemos ver cómo se acentúa el juego de voces y el estilo experimental-progresivo de esta composición. Por último, hagamos mención a una tercera versión realizada por varios miembros de Massacre en el programa conducido nada más que por la hija de Spinetta, Vera. Esta versión posee la impronta conocida de “canción de fogón”, donde varios amigos se juntan a comer y luego, en un momento de distensión, interpretan canciones conocidas.
Quedémonos un instante en la cuestión cover vs versión. Un claro ejemplo de cover, sería el ya nombrado Yo Caníbal, interpretado por O’connor. Un ejemplo de versión (de manera muy contrastante) sería la del Chango Farías Gómez con Entré en mi pago sin golpear. En este caso, de la forma de chacarera tradicional, se hace incapié en un arreglo mucho más dinámico y osado. El Chango Farías Gómez, pionero en la exploración del folclore argentino, demuestra aquí su estilo más vanguardista y virtuoso, talvez, una impronta que tiene su sello y que ha dejado un huella sin precedentes en el ámbito musical.

Cover o versión, no es solo una cuestión de rótulo, como si se tratase de títulos nobiliarios sin importancia, sino, aquella decisión de aportar algo, de devolver un poco de lo que ha sido otorgado, o de simplemente, una frívola maniobra por volver a los medios.
El cover funciona acaso como un desfibrilador de carreras seniles, o bien como reivindicación y muestra de lucidez de aquellos artistas que, más atentos, han sabido atravesar el arduo oleaje del medio musical. 
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