Thursday, July 23, 2015

Where is Jessica Hyde?

¿De qué hablamos cuando nos referimos a la estética de una serie de televisión? ¿Y a qué nos referimos cuando hablamos de puesta en escena o la dirección de arte?


La dirección de arte es un aspecto muy importante dentro de la realización audiovisual, y muchas veces, donde encontramos los descuidos o las discordancias es en la utilización de la música dentro de una serie o una película. Nos referimos a puesta en escena, no sólo a la disposición de los elementos dentro del cuadro, sino también a la elección del vestuario, locaciones, mueblería, y un montón más de detalles que ayudan a crear el universo simbólico de cada serie o película. Todos esos aspectos deben estar en concordancia y trabajar juntos, para reforzar el mismo significado y ayudar a la construcción e identificación de los personajes y de la trama.

Utilicemos tres series diferentes que han ocupado mi  atención en estos últimos meses. Me refiero a Game of Thrones, Utopia y Vikings, respectivamente. Sus argumentos son distintos, y sus estilos  y estéticas, mucho más. Las tres tienen rasgos en común y públicos muy diferentes, pero se pueden comparar entre sí, gracias a la música y su utilización para crear dentro de una historia ficticia, un universo de sentido propio.

Game of Thrones es una serie que hoy en día causa furor. Tal vez sea el título que más fanáticos moviliza en la actualidad alrededor del globo, y es lo que más sorprende, ya que se trata de una serie de género fantástico, pero claramente, con muchos rasgos del medioevo propio.
Una cruza de historias fantásticas, con alto contenido de traición, engaño y maldad, Game of Thrones (GOT) funciona en base a lo peor de los instintos humanos. Hemos analizado la utilización de la música en esta serie, pero podemos ampliar un poco más aquí, y es que, justamente GOT es el ejemplo que más paradojas posee. Acaso nos sorprende el nivel de crueldad y las sorpresas reservadas dentro del argumento, porque los personajes y sus contextos remiten a distintos períodos de la historia de la humanidad.

Cuando nos referimos a la música de GOT, no podemos referirnos al folclore de algún país o zona geográfica en particular, ni tampoco a ciertos instrumentos. La utilización de la música pocas veces ha servido aquí, para reforzar una identidad propia del universo fantástico creado por George R. R. Martin, sino que solamente, ha podido acompañar las imágenes de forma pobre, y a veces, sin sentido. La desventaja de GOT es justamente esa, su universo está tan vinculado a la historia real, que no puede terminar de forjar su identidad, su folclore, su propia cultura. Todo nos sabe entonces, a versión libre de la historia de la humanidad.

En Vikings, una serie situada en personajes históricos, la música brinda un contexto situacional, refuerza la cultura de los personajes y sus costumbres. No escuchamos instrumentos modernos, si no, bandas que tratan de ejecutar el folclore tradicional de las zonas escandinavas. Aquí, es un logro de la producción, la participación de bandas europeas especializadas en los estilos antiguos del llamado, folclore pagano (pagan folk), como Wardruna.
Lo que la mayoría de la audiencia celebra en Vikings es la dosis justa de historicismo y de riqueza argumental. La serie tiene un propósito concreto, documentar y recrear a un pueblo y su época, pero también debe entretener a su audiencia, y engañarla de vez en cuando. Por supuesto, los escritores de la serie deben poder ingeniarse y guardar algunos golpes de efecto, ya que el destino de la serie y sus personajes se encuentra a dos clicks de distancia por medio de cualquier enciclopedia web.


Colores fluo, efectos psicodélicos y una estética de supermercado de pesadilla, en Utopia, el futuro es el presente y ya no presenta una visita al pasado, si no, a un futuro muy próximo, que espera a la vuelta de la esquina.
La dirección de arte en Utopia no tiene el propósito de pasar desapercibida, como aquellos detalles listos para ser notados por el espectador más ducho y atento. En Utopia, la serie es la dirección de arte, y está al servicio de transmitir una sensación de falsedad y de plástico, de futuro probeta. Una estética tecno que se impregna en la ropa, los muebles, los autos y todo a su alrededor. La música aquí, cumple un rol fundamental, ya que las composiciones realizadas por Cristóbal Tapia de Veer, acompañan y refuerzan esa misma estética fluo e incandescente. Los sonidos sintetizados dejan paso a voces procesadas, órganos y diferentes tipos de texturas que juegan en base a diferentes motivos musicales que vuelven según los personajes y a situaciones específicas que se muestran en pantalla.
En Utopia todo forma parte de un mismo molde, uno que debiese ser roto, pero que nadie puede transgredir. Una sensación de incomodidad y rechazo invade a la audiencia constantemente. Los sonidos aturden, los colores encandecen y la moral se retuerce al plantear sucesivamente los dilemas morales que nadie quiere sacar a colación.

Las tres series ponen al espectador en una ardid diferente. Vikings y Game of Thrones corren con la ventaja de que el espectador puede tomar distancia de ellas, ya que funcionan en la fantasía y en un historia que ya quedó en los libros. Utopia, en cambio, presenta problemas que aquejan a parte del mundo hoy, y que si no fuese por su estética tan llamativa, debería poder tomarse más en serio.


El contenido simbólico de estas series varía y no se presenta  del mismo modo en todas. Vemos de a poco, que cada aspecto  ayuda a reforzar o a difuminar el contenido tratado, como si todo lo que se muestra y se pone en escena tuviese una contraindicación. Lo que no percatan y controlan los realizadores, será un escape y un hueco dentro del contenido del resultado final. 
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