La cita fue en el pasado
diciembre, ya hace bastante tiempo atrás, pero el recuerdo de una gran multitud
entonando junto al acordeón la melodía compuesta por Luis Alberto Spinetta,
sigue firme en la memoria. En aquel mes, el Chango Spasiuk ofreció un recital de
música de su autoría, y de sus reflexiones sinceras expresadas con un humor
modesto y muy certero. Así como sonó la versión instrumental de Seguir viviendo sin tu amor, el
concierto se nutrió del material del último CD del compositor y acordeonista, Otras Músicas, el cual recopila las
composiciones realizadas para cine y otros proyectos audiovisuales a lo largo
de su carrera.

La reflexión conduce a una interpretación más profunda, y escuchar las palabras del Chango Spasiuk parece un acto revelador. Ver su figura esbelta, despojada, con el acordeón en el regazo transmite naturalidad y tranquilidad a quien lo ve. Al escucharlo, se presta atención a alguien que cuestiona lo impuesto y basa su pensamiento a partir de la inquietud, de la exploración, y eso en la música se convierte en improvisación y curiosidad por nuevos lenguajes, por correr el horizonte un poco más lejos. La experiencia se convierte en un hecho intenso, que se nos graba la memoria y tal como afirma el Chango, no se puede perder lo que se ha vivido intensamente. Así, se configura una pequeña introducción al conmovedor Mi pueblo, mi Casa, mi soledad. Ese mundo sonoro que ofrece la posibilidad de estar a salvo del mundo que nos rodea.